Disfrazados con ropas viejas, harapos y máscaras terroríficas, los ‘maranfallos’ volvieron a salir el sábado 26 de febrero por el pueblo de Burbia a perseguir a las gentes del lugar arrojándoles ceniza y untándoles la cara con tocino procedente de los testículos del cerdo guardados desde la matanza. La celebración de los Maranfallos de Burbia ha sido este año objeto de estudio del inventario de Patrimonio Inmaterial del Bierzo, que ha empezado a elaborar el Instituto de Estudios Bercianos (IEB), en colaboración con la UNED y la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. El objetivo es identificar, recoger y documentar correctamente todos los elementos de esta celebración carnavalera, rica en patrimonio cultural y muy arraigada en el pueblo de Burbia donde se ha mantenido y transmitido de generación en generación.
‘La Unesco reconoce como elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial las tradiciones y usos sociales, rituales y actos festivos como lo son, en esta época del año, los entroidos y las mascaradas de invierno y muy especialmente en el Bierzo por su singularidad y su solera, los Maranfallos de Burbia, de tradición ancestral y con particularidades muy propias y significativas’, señala Patricia Pérez, presidenta del IEB.
El equipo investigador del IEB se trasladó el sábado a Burbia donde por la mañana participaron en una charla sobre el Entroido y el Patrimonio Inmaterial, organizada junto a la Asociación Acebo Burbia. La charla contó con el investigador cabreirés Iván Martínez Lobo, miembro de la Federación de Antruejos del Reino de León, quien habló de los fundamentos de las mascaradas de invierno. A continuación, Raúl Ochoa y Lucía Suárez, miembros del Filandón berciano y del equipo de trabajo del inventario del IEB, presentaron el proyecto de inventario de Patrimonio Inmaterial del Bierzo a los vecinos de Burbia y les explicaron la metodología y los trabajos de recopilación de información relativa a los maranfallos y a Burbia.
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