ASAJA niega que los agricultores paguen a sus trabajadores por debajo del salario mínimo interprofesional

ASAJA

La organización agraria acusa a UGT y a Comisiones Obreras de difundir una información falsa de forma intencionada

La organización agraria ASAJA afirma que es falsa la declaración hecha ayer en León por representantes de UGT y CC.OO., al indicar que el sector económico de la agricultura y la ganadería, entre otros, paga a los trabajadores importes inferiores al Salario Mínimo Interprofesional. Independientemente de que no se hayan actualizado las tablas salariales del Convenio de Actividades Agropecuarias, o de la necesidad de negociar un nuevo convenio por estar vencido el anterior, todos los agricultores que contratan mano de obra saben, o deben de saber, de las leyes vigentes que establecen la remuneración mínima, y si alguien no lo cumple, las autoridades laborales y la justicia ordinaria están para hacerlo cumplir.

Por lo tanto, ASAJA pide a UGT y a CCOO que no desprestigien gratuitamente a los agricultores y ganaderos atribuyéndoles incumplimientos de la ley cuando ello no es cierto. Los profesionales del campo cumplen con la legislación laboral incluso ante situaciones económicamente complicadas como la que se vive en estos momentos, garantizando el salario mínimo en todo caso, y remunerando en otros muchos muy por encima de esos importes mínimos de común acuerdo entre las partes. El agricultor sabe valorar al empleado que le resuelve los problemas en el campo y en las granjas, y se lo compensa en la medida de sus posibilidades.

ASAJA defiende que el trabajo como asalariado en el campo es una profesión tan digna como cualquier otra, con sus ventajas y sus inconvenientes. La dificultad para encontrar trabajadores para labores agrarias, que es una realidad, está a veces más relacionada con el hecho de tener que trabajar y hasta vivir en el medio rural, que con las propias condiciones laborales, pues la población inmigrante, que es la que mayoritariamente trabaja en el campo, también prefiere vivir en las ciudades que vivir en los pueblos.

El campo es el primer puesto de trabajo para muchos inmigrantes que llegan a nuestro país, a los que se ayuda en muchas ocasiones a regularizar su situación y la de toda su familia. Una vez formados con medios del empresario agrario y sin apoyo ni ayuda de nadie –tampoco de los sindicatos de clase-, en las tareas propias, que muchas veces requieren del uso de maquinaria tecnológicamente compleja, con frecuencia abandonan el sector buscando otra forma de vida en las ciudades.

A finales del mes de febrero había dados de alta en la Seguridad Social, en la provincia de León, como trabajadores por cuenta ajena en el sector agroganadero y forestal, un total de 2.132 cotizantes, de ellos 1.229 en el Sistema Especial Agrario.