La ceremonia de las Cabezadas recupera la fecha que marca la tradición después de dos años
La concejala Vera López representará este año al Ayuntamiento de León en la ceremonia de las Cabezadas, que se celebrará el 24 de abril
La segunda teniente de alcalde y concejala de Bienestar Social y Juventud, Vera López, actuará este año como síndica y portavoz de la Corporación Municipal en la tradicional ceremonia de la Cabezadas, que se celebrará en la Basílica de San Isidoro el 24 de abril, último domingo del mes. La ceremonia comenzará a las 12:00h del mediodía.
Las legacías se celebrarán el día 5 de abril con visita de los representantes de la Corporación Municipal a la Real Colegiata a las 12.00 horas, y el día 19 de abril, en la sede municipal de la plaza de San Marcelo, a las 10.00 horas.
La ceremonia de las Cabezadas recupera de este modo las fechas que marca la tradición después de dos años de cambios forzados por las circunstancias derivadas de la pandemia.
Las Cabezadas es el nombre que recibe esta ceremonia que se celebra el domingo más próximo a la festividad de San Isidoro.
Dicho nombre nace de las reverencias -tres cada parte- hechas con exagerada inclinación, que los representantes del Ayuntamiento, situados en la Plaza de San Isidoro, y el Cabildo de la Real Colegiata y Basílica de San Isidoro, situado en el atrio de la Real Basílica, hacen al despedirse una vez concluidos los actos, el dialéctico y el religioso, de esta popular fiesta. En las Crónicas y archivos figura con el nombre de Ceremonia del Foro u Oferta.
La Historia de la Ceremonia de las Cabezadas, recogida en el libro "León, romero y festivo" de La Crónica de León, nos cuenta la historia de este hecho. Relata Lucas de Tuy canónigo de San Isidoro durante primera mitad del siglo XIII, un milagro acontecido en 1158 con el reinado de Fernando II de León:
Habiendo una gran sequía, la gente del pueblo solicita ayuda a San Isidoro por medio de una rogativa. Llevaron sus restos en procesión. Al llegar a la localidad del Trobajo del Camino, a dos leguas de la ciudad, la urna que contenía los restos de San Isidoro empezó a pesar, y los mozos que pujaban no podían con ella. La dejaron en el suelo y empezó a llover copiosamente, pero los restos del Santo no se dejaban levantar del suelo.La Infanta Doña Sancha, hermana del Rey Alfonso VII, al enterarse de lo ocurrido, fue a buscar los restos. Ante la imposibilidad de su traslado, se mantuvo orando y guardó ayuno durante tres días junto al arca que contenía los restos del Santo. Los restos del Santo habían sido trasladados a León bajo el auspicio de Doña Sancha. La Infanta prometió que nunca más los restos de San Isidoro volverían a salir del templo donde se custodiaban y donde aún hoy permanecen. Después de efectuada esta promesa, aparecieron tres mancebos que pudieron levantar, con milagrosa facilidad, el arca que contenía los restos de San Isidoro para regresarlos de nuevo a la Basílica.
Por este motivo y desde aquella fecha, el concejo de la ciudad de León, decidió pagar u ofrecer todos los años un tributo a San Isidoro por mediación de sus representantes.
Fuente: Wikipedia