Autista ya no es un insulto
La Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad ha aprobado por unanimidad la moción del Grupo Socialista para que la Real Academia Española incluya una ‘marca’ de uso ofensivo y discriminatorio a la tercera acepción de la palabra ‘autista’ en la vigésimo cuarta edición del Diccionario de la Lengua Española o en alguna de las actualizaciones que realice tras la iniciativa de recoger firmas.
Con frecuencia se usan los términos "autismo" o "autista" no solo asociados a connotaciones negativas, sino también con el ánimo de descalificar e incluso insultar. Periodistas, políticos, escritores describen así a personas e instituciones que no escuchan, que son insensibles a las demandas ciudadanas o que muestran incapacidad en su trabajo. El último ejemplo ha sido a cargo Feijóo, quien definía "autista" al Gobierno de Sánchez como sinónimo de "incompetentes que cometen error tras error". Se nos parte el alma viendo cómo todas las personas autistas tienen que soportar que así se piense sobre ellos o que nuestros hijos nos pregunten “¿es que yo no valgo, mamá?”. Y es que tristemente ello está amparado por la definición de "autista" que recoge el diccionario de la Real Academia:
- Definición de autista en su acepción 3. Adj. Dicho de una persona: encerrada en su mundo, conscientemente alejada de la realidad.
Un daño innecesario que convierte en "políticamente correcto" un uso que atenta contra la dignidad del colectivo autista y que además parte de una traslación falsa, pues autismo es esfuerzo, es tesón, es sensibilidad, es constancia, es honestidad, es superación, es minuciosidad, es ¡logros!
El autismo abarca personas con más o menos necesidades de apoyos. Pero ninguna de ellas está aislada en otro mundo y sus esfuerzos por comunicarse -con o sin lenguaje- son merecedores de todo el respeto. Ya va siendo hora de que al autista se le considere con dignidad. Por ello, iniciamos una campaña de recogida de firmas para que la RAE incluya una nota como “uso ofensivo y discriminatorio” en su tercera definición de autista.
A raíz de sus casi 70.000 firmas, logramos a iniciativa del Grupo Socialista el apoyo del Senado, cuya Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad aprobaba el pasado 28 de junio por unanimidad de todos los partidos políticos una moción para que se deje de usar autista como insulto y que la RAE incluya dicha nota.
El senador del PSOE por Cáceres Javier Garcinuño expuso en su intervención que “las palabras generan pensamiento, pueden quebrar la dignidad de un colectivo, pero también pueden restaurarla”. El objetivo de esta moción es que esta acepción no vuelva a ser utilizada en sentido ofensivo o discriminatorio y así respetar a las aproximadamente 450.000 personas con trastorno del espectro autista que hay en España. Asimismo, persigue “fortalecer el despliegue del artículo 8 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en España”, así como “desde las Instituciones Públicas seguir colaborando en dar mayor visibilidad a las personas con autismo”.
Para nosotros los autistas y familias es un gran logro. Seamos parte del cambio de paradigma y luchemos para erradicar que también nivel coloquial se siga usando “autista” de forma despectiva. “Al fin y al cabo, la RAE recoge un uso, una tendencia que usamos para comunicarnos. Es más útil que se modifique la acepción a que se elimine. De esta forma, la gente sabrá que el término que usa es ofensivo” -señala Anabel Cornago, una de las impulsoras de la campaña Autismo con Dignidad- “y educaremos en el respeto y la empatía hasta desterrar de todos lados ese uso discriminatorio”.
La moción instaba también a que el Gobierno promueva, “en colaboración con el resto de administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos o privados, todos los instrumentos a su alcance, como campañas institucionales, la difusión de las Guías de estilo existentes y la publicación de buenas prácticas, para la erradicación efectiva de usos de terminologías ofensivas, discriminatorias o insultantes hacia personas o colectivos, por motivos de enfermedad, discapacidades, raza, sexo, opciones sexuales, ideologías, lenguas, condiciones físicas, etc.”.