Alantre se posiciona a favor de la erradicación de la prostitución y la trata

Alantre

El partido político condena "tajantemente" la trata por afectar a los derechos humanos; sin embargo, con respecto a la prostitución, reconocen que "requiere de un análisis más detallado"

El partido político Alantre ha emitido un comunicado en el que ha hecho pública su posición con respecto a los temas de la prostitución y la trata; así, desde la organización han manifestado "vaya por delante que si erradicar la prostitución y la trata de seres humanos dependiera solo de la decisión de Alantre, sin lugar a dudas, tal decisión sería la erradicación".

Sobre la trata de seres humanos, "al igual que cualquier otra práctica que afecte contra los Derechos Humanos", Alantre la condena "tajantemente sin que quepa añadir nada más".

"El problema de la prostitución requiere, sin embargo, un análisis más detallado", según han admitido desde Alantre. "En primer lugar, llama la atención que, siendo este un problema de dominio público en cualquier país del mundo, en muy pocos de ellos se ha legislado para regularlo o abolirlo. ¿Hipocresía y/o intereses?; ¿de quién, o de quienes?", terminan preguntándose desde Alantre. 

"De otra parte, parece darse cierto consenso en que este problema es casi tan antiguo como la propia especie humana y, sea cual fuere la solución planteada para resolverlo, se antoja a priori insuficiente para su total desaparición". Al hablar de la prostitución, ·suele omitirse que esta práctica afecta tanto a mujeres como a varones, y que una parte de ella se ejerce por propia voluntad, libre de cualquier coacción por parte de terceros, pero otros, sin embargo, de manera forzada, con chantajes y engaños", han continuado desde Alantre.

"Además de la vergonzante inacción política, administrativa y social o la mera prohibición de ser exhibida en la vía pública, la abolición o la regulación son las dos fórmulas que se vienen planteando para enfrentar este problema. ¿Legislamos para prohibir, ofreciendo alternativas o lo hacemos para permitir ofreciendo garantías?" Según Alantre, "aquí se ubica el debate", un debate que "se ve atravesado por la ideología dogmática y el pragmatismo liberal, por la ética y la necesidad, por la estigmatización y el prejuicio, y la libertad personal. Nada ni nadie podrá garantizar que la prostitución se siga practicando, aunque fuera de manera residual, tanto si se prohíbe como si se regula. ¿Mejor abolirla y que la prostitución clandestina se ejerza sin garantías y sin opción a realizarla de forma regulada, o mejor legalizarla y dejar siempre abierta la opción a ejercerla en condiciones laborales seguras, normalizadas?", se preguntan en el partido político.

Y el ejercicio clandestino de la prostitución, "que de seguro se produciría tanto si está regulada como si se encuentra abolida, ¿cómo se podrá reducir en mayor medida, desde la prohibición o desde la regulación?, ¿qué fórmula será más eficaz para minimizar y combatir las redes o mafias que operan desde esa clandestinidad?".

Diversos países han optado por una u otra fórmula "con los consiguientes resultados, y si bien la controversia se centra en determinar cuál de las dos opciones es la más eficaz o correcta, quizás la clave esté en cómo se gestiona cada una de ellas: cómo se implementa, se supervisa, se evalúa y se replantea", añaden desde Alantre. Es !incuestionable! que cualquiera de ellas es !preferible a la inacción pública pues tanto la regulación como la abolición no dejarán de paliar en mayor o menor medida esta cuestión social".

"Desde Alantre creemos que el éxito de una u otra fórmula, abolición o regulación, depende de cómo se gestionen ambas: de cómo estén legisladas, cómo dotadas de recursos materiales y personales, cómo implementadas, cómo ejecutadas, cómo evaluadas y cómo reformuladas. Recapitulando sobre las fórmulas para combatir la prostitución, tanto su regulación como su abolición, parece requerir de la correspondiente normativa de competencia estatal".

 

"Otra vía a explorar" sería que el ejercicio de la misma "fuera tipificado como otra modalidad de violencia contra la mujer, o violencia de género, y enfrentada como tal; así la considera la normativa abolicionista de Suecia (1999) y, más recientemente, la de Francia (2016)".

En el contexto del municipio de León, desde la circunstancia de que el Ayuntamiento está adherido a la Red de Municipios Libres de Prostitución y Trata, "es evidente que la Corporación municipal ha de abogar por la abolición de tales prácticas, contrarias a la dignidad humana. Al ser la abolición competencia estatal, a nivel municipal se ha de actuar en el marco de sus propias competencias, dos de las cuales son las que se establecen en el artículo 25, letras e) y o), de la LRBRL de 1985: e) Evaluación e información de situaciones de necesidad social y la atención inmediata a personas en situación o riesgo de exclusión social. o) Actuaciones en la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres así como contra la violencia de género".

La Corporación del Ayuntamiento de León, en el ejercicio de sus propias competencias, "debiera ser lo más receptivo posible a los planteamientos de las distintas asociaciones defensoras de la abolición de la prostitución y trata, y aprobar una Ordenanza específica que luche contra ellas de manera decidida". Llegar a ello, según indican desde Alantre, "exige previamente contar con la necesaria voluntad, valentía, compromiso y consenso político de la Corporación municipal, que no resulta fácil asegurar". Por el contrario, sancionar estas prácticas como un mero acto incívico realizado en la vía pública, "más que contribuir a su erradicación de manera significativa oculta el problema y condena su práctica a la esfera privada".

"La gran pregunta final es la de quién decide sobre el cuerpo de otra persona dotada de capacidad jurídica de obrar; quien tiene la potestad legal o se erige con la autoridad moral para decidir qué puede o no puede hacer esa persona con su propio cuerpo; quién tiene esa capacidad cuando la persona ejerce su legítima libertad personal sin coacción alguna y con plena consciencia. En el peor de los casos en que una ley coharte esta libertad, ¿no cabría la objeción de conciencia, al igual que se objeta en otros casos? ¿Qué ha de primar, el ejercicio libre, consciente y responsable de la libertad personal, o la opción ciudadana mayoritaria de aspirar a una sociedad fundada sobre el derecho inalienable a la igualdad efectiva entre mujeres y varones en la cual el ejercicio de la prostitución se considere una conducta inaceptable e incompatible con los valores democráticos? España ha optado por esta última: la abolición. Pero tampoco se hacen planes alternativos a quien ejerce la prostitución, hemos pasado de perseguirlos a perseguir su clientela. Hay que poner medios para poder dar otra vida y más respeto a quien se pretende proteger. Queda en el debe ponerse a ello y hacerla efectiva", han concluido desde Alantre.