Les Moutons de Panugre En los capítulos V, VI, VII y VIII...
Les Moutons de Panugre
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En los capítulos V, VI, VII y VIII del Quart Livre de Pantagruel, Rabelais (escritor francés del XVI) narra la venganza de Panurge en la persona de un tratante en ganado ovino, llamado Dindenault. Ambos comparten viaje en un barco, que transporta el rebaño de este último. Panurge quiere comprarle un borrego, pero el tratante no sólo se niega a ello, sino que además se mofa de él. Después de una larga discusión, Panurge consigue comprarle el macho alfa del rebaño. Y, para vengarse de Dindenault, lo lanza al mar. Ante este hecho, todos los demás borregos del rebaño se lanzan al mar tras él. Dindenault, queriendo retener el último borrego, fue arrastrado por éste y se ahogaron todos los borregos del rebaño y el tratante.
Tradicionalmente, el ganado lanar es calificado de testarudo y poco inteligente. Por eso, cuando el macho alfa del rebaño cambia de dirección, los otros le siguen tontamente. Así, si se dirige hacia un precipicio o un acantilado, los otros miembros del rebaño lo siguen ciegamente, lanzándose al vacío. Por eso, hoy, se utiliza la expresión “les moutons de Panurge” para describir el comportamiento de las personas que se imitan bobaliconamente unas a otras o que aceptan unas reglas de juego sin reflexionar sobre la legitimidad de las mismas. Dicho con otras palabras, esta expresión retrata a las personas que hacen lo mismo que otras, que siguen una moda, que se conforman a una idea dominante y que se siguen como borregos, sin ningún sentido crítico.
Traigo a colación este episodio de la obra de Rabelais para tratar de comprender y de explicar el comportamiento de muchos votantes, el pasado 20N. Vaya por delante que, en una democracia, cada uno es libre de hacer un uso totalmente libre de su voto. Sin embargo, hoy quiero referirme sólo a dos datos de las precitadas elecciones: los resultados obtenidos por CiU y por el PSOE, responsables directos del Gobierno de Cataluña y de España, respectivamente.
CiU ha conseguido 1.o14.263 votos y 16 escaños para el Congreso de los Diputados. Esto representa un incremento de 6 escaños y de 234.838 votos en relación con las últimas elecciones generales, convirtiéndose así en la fuerza política catalana más votada y con mayor representación en el Parlamento Español. Por su lado, el PSOE ha recibido un correctivo en toda regla, perdiendo 59 diputados y 4.315.455 votos. Sin embargo, y a pesar de esta debacle y sangría electoral socialista, el PSOE ha recibido todavía el apoyo de casi 7 millones de votos, consiguiendo aún 110 diputados. Me han llamado poderosamente la atención estos datos, y por los mismos motivos, a pesar de que, en un caso, se hable de victoria (CiU); y, en el otro, de rotunda e implacable derrota (PSOE). Me explico.
Con la llegada de CiU al Gobierno de la Generalitat, en 2010, el Ejecutivo presidido por A. Mas se ha puesto manos a la obra para reducir los números rojos y equilibrar de las cuentas de la Generalitat. Por eso, se ha lanzado, con la tijera en ristre, a hacer recortes sin cuento, principalmente en sanidad, en educación, en investigación y en cuestiones sociales. Así se ha puesto y se está poniendo en entredicho y dinamitando las bases del Estado de Bienestar. Y a esto ha respondido la sociedad catalana con manifestaciones en la vía pública y huelgas. Por su lado, el Gobierno de José L. Rodríguez Zapatero, desde 2007, no ha hecho otra cosa que adoptar paquetes sucesivos de medidas, que persiguen también el equilibrio de las cuentas del Estado y que han puesto en peligro realmente los cimientos de nuestro bienestar.
Es lógico y razonable que los ciudadanos españoles hayamos dado la espalda al PSOE y le hayamos pasado factura el 20N. Ahora bien, es incomprensible e ilógico, por un lado, que los votantes catalanes hayan premiado a CiU con 6 nuevos diputados en Madrid, ya que ha implementado y está implementando, en Cataluña, el mismo tipo de recortes, si no más, que el Gobierno de ZP para el conjunto de¬¬¬ España. Este regalo de los votantes catalanes representa una doble o triple dosis de Red Bull, que dará alas al Gobierno de la Generalitat para que diversifique, profundice y acelere los recortes, que atentan contra el Estado de Bienestar. Por lo que respecta a la debacle del PSOE, fruto de la desesperación de los ciudadanos, me llama también poderosamente la atención que haya aún casi 7 millones de ciudadanos españoles que le sigan dando su confianza al PSOE, a pesar de todo lo que ha caído y está cayendo desde 2007. Estos comportamientos de los votantes catalanes y españoles, aparentemente incongruentes, sólo serían comprensibles y lógicos desde la óptica de la parábola de los “moutons de Panurge”, a los que hemos referido supra. Todo parece indicar que los votantes españoles y catalanes ha gritado: “¡No insistas, Espartaco!, porque al esclavo todavía le siguen gustando las cadenas” (Recaredo, poeta).
© Manuel I. Cabezas González
22 de noviembre de 2011