Algo debe tener el alma rusa que hace su literatura tan especial. Algo debe haber en la inmensidad geográfica de este país, en sus espacios vacíos y en sus largas tardes de verano que convierte a los escritores rusos del siglo XIX en incansables buscadores de preguntas sobre la vida de los hombres. Y aquí no me refiero también a la vida de las mujeres. Para nada. Aquí hablo de los personajes masculinos y, mayoritariamente, los de mediana edad. Los varones de entre 20 y 60 años son los arquetipos preferidos por Tolstoi, Dostoievski o Turgeniev.
Si, es verdad que en las novelas de estos monstruos de la literatura de todos los tiempos también hay grandes personajes femeninos como "Ana Karenina". Pero incluso ella misma es la fachada que cubre a hombres tan interesantes y complejos como el terrateniente Levin.
Dicen que las mujeres rusas son las más bellas del mundo. Las del siglo XIX, tal vez las de hoy en día también, además de su belleza tenían un fuerte carácter.
Gobernaban en los hogares y en los intríngulis sociales de Moscú y San Petersburgo.
Enamoraban o enganchaban como prefieras llamarlo, y, por ellas, más de uno era capaz de matar o romper una amistad de toda la vida.
A pesar de su constante presencia, de su importancia como punto de unión de historias o como motor de cambios en los rumbo vitales, repito, estas aristócratas o guapas campesinas, juegan un papel secundario en unas novelas cargadas de filosofía y disección de los sentimientos humanos (género masculino).
Son inolvidables los debates que sostienen personajes como Aliocha y sus hermanos en "Los hermanos Kamarazov". O las dudas interiores sobre el sentido de la vida que tiene el imperfecto, pero al mismo tiempo tan profundamente humano, Pierre en "Guerra y paz" .Y qué decir de los discursos científicos del “insensible” Bazarov en "Padres e hijos". O del debate interno, moral del protagonista de "Crimen y castigo"…
Son solo unos pocos ejemplos. Unas pocas novelas y un único aspecto el que trato. En mi opinión esta es una gran literatura hecha por y para hombres, fundamentalmente, a la que accederán gustosamente, como no, también las mujeres.
Pero, insisto, si tú eres un hombre y te cuestionas algunas cosas de las que haces, estos escritores y sus redondos personajes te marcaran de por vida.
Ya lo decía ese alemán que muchos aún hoy creen ruso (Marx) “Hay que dudar de todo”
|From dub to dub productions.
[email protected] Facebook: /fromdubtodub/