Marc Garriait, afamado blogger e inversor escribió sobre las inversiones inmobiliarias y el momento que estamos atravesando con la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, situando la escena en la época del siglo de oro español.
Nos dice que cuando William Shakespeare murió (23 de abril de 1616, un día después de morir Cervantes), el considerado el mejor escritor británico de la historia murió como uno de los mayores potentados de Warwickshire, con extensas propiedades agrícolas e inmuebles.
Su elevado patrimonio no derivaba de su conocida obra literaria. El “copyright”, los derechos de autor no nacieron hasta 1710 y en consecuencia cualquier libro publicado en su época podía ser copiado y vendido ilegalmente sin problemas.
Probablemente este aspecto influyó en la interesante historia sobre las inversiones y las finanzas del dramaturgo inglés.
Shakespeare se pudo retirar en 1613 con una edad cercana a los 50 años.
Es necesario introducir primero los antecedentes de la época para entender mejor cómo se vivía (o se sufría) en aquella
época. En los años 1590, la población inglesa sufría severas y continuas épocas de escasez alimentaria. El aspecto central
de la sociedad era la siguiente cosecha que es la que proporcionaba alimentos a la sociedad que de ninguna forma estaban
asegurados. Era una época de hambrunas. La llamada “Edad de Oro” (“Golden Age of Renaissance”) de la literatura inglesa, años 1575 a 1625, coincidieron con lo que hoy es conocida como la “pequeña edad de hielo”, un tiempo de continuado descenso de las temperaturas que siguió a la calurosa edad mediana. No sé si en la época también se la denominó “cambio climático” o calentamiento global.
Duros inviernos con veranos muy húmedos provocaron malas cosechas. La existencia de prácticamente toda la población, excepto una pequeña parte o “élite”, sufría una existencia precaria. En Francia e Inglaterra se producían disturbios continuos.
La comida era el asunto número uno para los gobernantes.
En Inglaterra, se aprobaron diversas proclamaciones reales para gestionar la seguridad alimentaria, especialmente en lo
relacionado con los granos.
En este entorno, según un estudio reciente de Jayne Elisabeth Archer, Richard Marggraf Turley y Howard Thomas en 2014, documentados en el archivo nacional de la ciudad de nacimiento de William Shakespeare, Stratford-upon-Avon, demuestra que el dramaturgo inglés acumuló durante más de 15 años terrenos para plantaciones así como acaparó cereales como granos, malta o cebada para revenderla cuando los precios probablemente se tensionaban, a vecinos y hombres de negocio. En febrero de 1598 fue procesado por acumular 80 bushels (2 toneladas) de malta y maíz durante una época de carestía. Persiguió a los que no querían o no podían pagarle y dedicaba las ganancias incluso para ofrecer préstamos. Está documentado en julio de 1604 denunció a un farmacéutico por no pagarle sus 20 bushels de malta y no devolver el préstamo que le había otorgado. Con las ganancias de estas operaciones comprada tanto inmuebles como terrenos agrícolas como 200 (10 hectáreas) acres de pastos o 107 acres de terreno para cultivar (observar que estamos en Inglaterra, donde hay poco terreno de cultivo).
Gracias a estas actividades Shakespeare se retiró en 1613 a la edad de 49 años como uno de los mayores propietarios inmobiliarios de la zona.
Pero además de sus operaciones de compra-venta con granos, creó una compañía de acciones para la representación de sus obras e incluso ganaba un porcentaje de las ganancias de otras obras representadas.
En muchas de sus obras, la comida es el centro de sus historias. En su obra “Coriolanus”, la trama se parece mucho a la vida real del escritor.
En los archivos públicos se encontró también como fue procesado por acumular alimentos en épocas de escasez y tuvo amenaza de prisión por no pagar impuestos, aunque me cuesta entender que impuestos se pagaban en 1590.
También en la obra “King Lear”, la seguridad alimentaria es el centro de la obra.
Es curioso como actualmente vuelve a citarse continuamente el término de “seguridad alimentaria”, especialmente por el fuerte aumento demográfico asiático que necesita proveerse de alimentos que ellos no pueden producir.
Como citaba “The Economist” el pasado 3 de junio de 2015:
“En los próximos 40 años la humanidad deberá producir más alimentos que los producidos en los últimos 10.000 años”
Cada día 200.000 personas nuevas deben ser alimentadas en el planeta, con lo que es lógico que el concepto de “seguridad alimentaria” de los países, vuelva claramente a la escena pública.
Amados lectores, os quiero dejar un pasaje de unos de los milagros más llamativos de Jesús de Nazaret, de cómo suplió de alimentos, ante la incredulidad de sus discípulos " a los cuales retó", dando soluciones reales a la vida de las gentes, El es Todopoderoso.
La multitud está hambrienta, ha pasado el día, se acerca la noche, los discípulos le dicen a nuestro Señor Jesucristo: “Señor, despídelos ya, tienen que irse y comprarse comida”. El Señor sorprende a los discípulos diciendo: “Denle ustedes de comer.” Los discípulos se horrorizan diciendo: “¿Cómo es posible que nosotros les demos de comer a una multitud tan grande?”
El Señor los envía entre la multitud y descubren los discípulos que tienen 5 panes y 2 peces, mínimo, ridículamente poco para darle de comer a una multitud tan grande, pero dice la Biblia que entonces el Señor toma esos panes y les dice a los discípulos en el versículo 39: “y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los 5 panes y los 2 peces y levantando los ojos al cielo bendijo y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante. Y repartió los dos peces entre todos, y comieron todos y se saciaron y recogieron de los pedazos doce cestas llenas y de lo que sobró de los peces. Y los que comieron fueron 5000 hombres sin contar las mujeres y los niños.”
Amados lectores, comenzó el verano, tiempo de refrescarse.
Experto Financiero & Inmobiliario