Tomates rellenos de atún
Este presunto chisgarabís que nos gobierna; este presunto tonto inútil que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, fue nacido allí y que ha pasado por su presunto Arco de Triunfo el Estado del bienestar, ha logrado que yo, en vez de comprar libros tenga que releer los que tengo en mi biblioteca; este chaval de presunto talento y sin talante, lo ha logrado, pero también ha logrado que relea ¿ARDE PARIS? un libro reportaje de Dominique Lapierre y Larry Collins, Ediciones G.P., Barcelona 1967 y que en su página 319 dice: "Jean-René Champion, el francés nacido en América que conducía el carro Mort-Home , vio a una señora de edad que le hacía señas frenéticamente.Levantó la tapa de la torreta y algo le cayó encima de las rodillas. Era una cacerola de tomates rellenos" y, aunque en otras páginas del libro leí otro tipo de comidas que, por aquel entonces -valga la redundancia- se comían en París -espárragos con salsa holandesa o albondiguillas- he preferido traer hoy aquí la receta de tomates rellenos de atún que son ideales para degustar algo refrescante y nutritivo -no olviden que la reconquista de París por los aliados fue e un caluroso mes de Agosto. Verán: pongan en una cacerola dos tazas de agua, media cucharadita de sal y una taza de arroz, tápenla y llévenla al fuego y cuando rompa a hervir déjenla durante diez minutos y apaguen el fuego y, sin destaparla, déjenla enfriar. Después, ahuequen los tomates y dejenlos boca abajo para que pierdan el líquido. Más tarde, en un recipiente pongan el arroz frío, aceitunas picadas, atún y mayonesa, además de un huevo.Sálenlo y unan bien todo, rellenen los tomates y adórnenlos con una copa de mayonesa y acomódenlo en una fuente sobre hojas de lechuga y colóquenlo en la n evera hasta la hora de consumirlos.
Así confeccionó la señora mayor los tomates rellenos que Jean René Champion, el francés nacido en América degustó sin invitar, seguramante a sus compañeros que tuvieron que conformarse con el rancho habitual de tiempos de guerra aquell 26 de Agosto de 1944, encaramado a la torreta de un tanque.
