Sí usted todavía no se ha enterado que el capitalismo existe desde el principio de los tiempos, o al menos desde la prehistoria, entonces le recomiendo, por su bien y el de la humanidad, que modere su ignorante discurso, que no siga haciendo el ridículo y, sobre todo, que no engañe a la gente, que no la excite, que no la violente, que no le meta odio en la sangre, que no la maltrate.
Usted, que es un "mandamás" público, debería saber que Pedro Picapiedra y Pablo Mármol, siendo íntimos amigos, tenían habilidades, cualidades y necesidades distintas, gracias a Dios creador y a la naturaleza. Y si Pedro era más alto, más fuerte, más inteligente, más trabajador que Pablo; entonces tendría, sin duda, una hacha de sílex más grande, más pesada, mejor hecha, más eficaz, que sería de su total propiedad, que no compartiría con Pablo. Y lo mismo, o algo parecido, ocurriría con las pieles que se ponían (cada cual con la mejor que pudiera), con el lecho, con la comida, y con la "hembra" o "hembras" con las que fornicaran y convivieran. Debería ser obligatorio, elemental, entender que la Ley Natural es el principio de las diferencias, y luego, también, a mayores, lo es el ejercicio físico y mental, el aprendizaje, la ilusión, y el entusiasmo activo. Las discusiones, los enfrentamientos, las peleas, las agresiones, la violencia, la "Ley del más fuerte", han guiado siempre la marcha del mundo: era el "capitalismo salvaje" de antes de Cristo, y luego en Grecia, y en Roma, y en la "Conchinchina".
Ahora, a pesar de todos los muchos males, somos infinitamente mejores que en cualquier tiempo anterior, y nuestro capitalismo es civilizado, participativo, solidario, progresista. Y todo gracias a la libertad, a la libertad de las personas, del mercado, de la economía. Cosa muy distinta es el capitalismo comunista chino, autoritario y totalitario y dictador, impuesto desde arriba, que se va extendiendo por gran parte del mundo. Pero, por desgracia, contra este capitalismo no se meten los "intelectuales". Viva el capitalismo civilizado y la propiedad privada, que nos producen crecimiento económico, libertad y democracia.
BOUZA POL, escritor.