El Salón de Plenos del Ayuntamiento de León ha sido un año más escenario de la tradicional celebración de las Águedas, una jornada en la que las mujeres son las protagonistas.
El alcalde de León, José Antonio Diez, ha cedido el bastón de mando del Consistorio a la Águeda Mayor de este año, Yolanda Tascón, quien ha pedido al regidor que, cuando retome el bastón de mando, "siga trabajando por la mujer y por las tradiciones leonesas". De ello también habló la Águeda de Honor de este año, María Isabel Fernández Pérez:“Que este día sea un homenaje a todas las mujeres que a lo largo de la historia han contribuido a llegar al día de hoy porque han demostrado, con fuerza, que han sido un activo determinante en la constitución de la sociedad por lo que debemos sentirnos orgullosísimas”, ha aseverado la Águeda de Honor, coordinadora de la unidad administrativa del Instituto Leonés de Cultura.
Antes de ceder el bastón de mando de la ciudad, el alcalde de León, José Antonio Diez, ha expresado la necesidad de seguir reivindicando la igualdad. “Tomad hoy y el poder y recordad que es posible romper las barreras y recuperar los terrenos perdidos en favor del hombre. Participad en todos los ámbitos y, desde luego, buscad siempre la igualdad porque es posible, porque es justicia. Cedo mi poder a la Águeda Mayor de 2023 con el convencimiento de que os corresponde en muchas más altas cuotas de las que tenéis y con el compromiso de que haré todo lo posible, cuando recupere mi bastón, para que cada día en este Consistorio, en esta ciudad, las féminas seáis reconocidas y valoradas”, ha concluido el regidor.
Diez ha querido aprovechar para agradecer a la Asociación Cultural Las Águedas de León por ser mantenedoras de esta tradición que tiene lugar con motivo de Santa Águeda. Esta celebración viene de tiempo atrás y se caracteriza porque en ella las mujeres pasan a tener el mando absoluto sobre los hombres.
Existen escritos de principios del siglo XIX en los que se recoge textualmente: “El alcalde se dispone a ceder su autoridad en honor a la Santa, a las lindas alcaldesas que, engalanadas con todo el lujo, se presenten a recibir de manos de sus esposos la vara de la justicia y la autoridad que aquella vara representa, quedando reducido el alcalde, así como todos los maridos, a la obediencia y servidumbre, porque como se dice en el pueblo, aquel día mandan las mujeres”.
