lunes. 23.12.2024

El Hospital San Juan de Dios de León ha incorporado la cirugía hepatobiliar a su cartera de servicios de la mano del doctor David Pacheco Sánchez, jefe de Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid. Se trata de una subespecialidad de la Cirugía General y de Digestivo que da respuesta a las patologías que afectan al hígado, el páncreas, la vesícula biliar y las vías biliares, así como el duodeno. 

“Son intervenciones en muchos casos complejas en las que la subespecialización es clave para evitar complicaciones”, defiende el doctor Pacheco, que llegó a la Cirugía General y de Digestivo plenamente convencido de lo que hacía. “Mis compañeros me decían que había estropeado un buen número de MIR. Porque, quedando el 80 de 20.000, los normal hubiera sido escoger Cardiología, Dermatología o Neurocirugía”, confiesa un profesional que, desde sus inicios, tenía su vocación clara: “el hígado”. Un órgano situado debajo del diafragma que, a diferencia del resto, posee la capacidad de regenerarse.

El área hepato-bilio-pancreática es una zona "vital" para el funcionamiento del cuerpo, pero su anatomía es compleja. En este sentido, las intervenciones van desde lo más sencillo, que es una colecistectomía o extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, a lo más complejo: la cirugía de la cabeza del páncreas. También todo tipo de hepatectomías para la resección de lesiones en el hígado. 

“Fundamentalmente, tenemos cánceres primarios de hígado o hepatocarcinomas –en pacientes con cirrosis por abuso del alcohol y por infecciones provocadas por el virus de la hepatitis C- y metástasis hepáticas que, aproximadamente, desarrollan un 25 por ciento de los afectados por tumores colorrectales”, explica el especialista.

El doctor Pacheco es responsable del diseño del Programa de Trasplante Hepático del Río Hortega y jefe de la Unidad desde mayo de 2009. El primero de ellos fue realizado el 20 de noviembre del año 2001. Desde entonces, se han realizado más de 700 trasplantes –hasta cinco en solo una semana– porque en el hígado, a diferencia del riñón, "no existe una máquina que sustituya las más de 2.000 funciones que realiza". No en vano, es “el laboratorio del cuerpo”. Un órgano vital que trabaja día y noche, y que tiene la capacidad de fabricar, transformar y eliminar diversas sustancias.

 

Unidad de Obesidad

El cirujano, que también está detrás de la Unidad de Cirugía Oncológica Peritoneal y de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital Universitario Río Hortega, es responsable de la Unidad de Obesidad del Hospital San Juan de Dios de León. Un recurso que se puso en marcha en 2021 para ofrecer a los pacientes con un índice de masa corporal (IMC) alto un tratamiento completo, desde una perspectiva multidisciplinar, que favorezca la pérdida de peso y mejore su calidad de vida a largo plazo. Porque “la otra pandemia del siglo XXI” es responsable del 80% de los casos de diabetes melllitus tipo 2, del 35 por ciento de cardiopatías isquémicas y del 55 por ciento de las hipertensiones, sin olvidar su implicación en el desarrollo de otras afecciones como la apnea del sueño, la infertilidad, la osteoartritis y la dislipemia.

En este sentido, la cirugía bariátrica, junto al cambio de hábitos, tiene éxito en nueve de cada diez personas con obesidad mórbida. De hecho, es un instrumento "muy potente" que, en algunos casos, como la diabetes tipo 2 asociada, puede suponer la remisión de la enfermedad. “Tiene como objetivo prevenir la morbimortalidad ligada a la obesidad o al síndrome metabólico, reducir la comorbilidad asociada y mejorar la calidad de vida a través de una pérdida de peso suficiente y mantenida en el tiempo, y con un mínimo de complicaciones. Está indicada para aquellas personas con un IMC –índice de masa corporal– por encima de 40 o con uno inferior, pero enfermedades asociadas como una diabetes mellitus tipo 2 de difícil control con tratamiento médico”, explica.

Existen infinidad de técnicas, pero la más usada es la gastrectomía vertical o manga gástrica, con la que extirpa la mayor parte del estómago, aproximadamente, el 80% de su volumen. Su mecanismo de acción es doble ya que, por un lado, produce una sensación de saciedad prematura y, por el otro, una disminución del apetito. A través de unas pequeñas incisiones, los cirujanos introducen las pinzas, la cámara, y las endograpadoras para poder realizar la intervención por vía laparoscópica. Se reduce de forma calibrada y controlada el tamaño del estómago, convirtiéndolo en una especie de tubo, lo que disminuye el volumen de la ingesta.

A diferencia del bypass gástrico, esta técnica "no altera" ninguna parte del aparato digestivo ni la absorción de proteínas y minerales, lo que permite una recuperación más rápida de la función intestinal con un seguimiento postoperatorio más cómodo para el paciente. "Se realiza por vía laparoscópica y conlleva menos complicaciones metabólicas y quirúrgicas que el bypass gástrico", apunta el doctor Pacheco. A su lado trabajan los cirujanos Jesús Manuel Silva y Vicente Simó, así como el doctor Francisco Jorquera y Rubén Díez, ambos especialistas de Digestivo.

No obstante, debe hacerse un estudio exhaustivo del paciente que descarte contraindicaciones como patologías endocrinológicas causantes de obesidad y trastornos psiquiátricos responsables de una alteración en la conducta alimenticia. Por eso, a ellos se unen, en el marco de la Unidad de Obesidad, especialistas en Endocrinología, Nutrición, Psicología Clínica y Psiquiatría porque “no todas las personas que tienen obesidad mórbida son candidatas a pasar por quirófano”.

La cirugía hepatobiliar ya se aplica en el hospital San Juan de Dios de León