Entre las filas del leonesismo bien entendido se había desatado lo que podría llamarse un optimismo expectante. Tras muchos años en la inopia, el PSOE, a través de tres agrupaciones locales de la provincia, Villablino, Valencia de Don Juan y la de la misma capital, llevaba a su 41 Congreso Federal tres mociones que reflejaban lo que en León es un clamor: al menos reconocer el derecho de la provincia de León a una autonomía propia y que el partido pueda dar los pasos conducentes a tal reconocimiento.
Pues todo bien, entonces. Mociones que son reflejo de peticiones que están en la calle, defendidas en principio por una delegación, la leonesa, potente, la más potente de La Federación de Castilla y León. Veintiún compromisarios leoneses que podrían votar a favor de dichas mociones , más alguna otra acción de cabilldeo, empatía o pago de favores que podrían sumar votos de otras federaciones.
Pero claro, no contaban con su astucia, que cantaba Torrebruno. Resulta que los designios del dios congreso son inescrutables y, caprichosa y azarosamente, a la misma hora de la votación de las mociones leonesistas se votaban otras mociones... Ya, claro. ¿Y?
A ver, que me parece que no nos estamos enterando de nada. El dios congreso, el dios Ferraz, decide quién vota qué mociones. O sea, ¿puedes verte, querido delegado, votando una moción presentada o defendida por otro y no poder asistir a la votación defendida como propia? La respuesta es sí. A si parece lógico, la respuesta es no. Pero por eso les venimos hablando de un dios menor todo este tiempo, de designios inescrutables, salvo para Pedro, Cerdán y otras presencias angélicas.
De ahí el ridículo flagrante en el resultado de la votación de las mociones autonomistas. No le busquen tres pies al gato. Ferraz decide y ya.
El objetivo de la delegación leonesa era, claramente, muy otro. Javier Alfonso Cendón venía hace tiempo madurando la posibilidad de medrar en la Villa y Corte. Sus posibilidades de perpetuarse como Secretario General Provincial en León son cada vez menores, habida cuenta el empuje popular de un sentimiento autonomista para el que el eximio diputado leonés ha sido siempre un serio obstáculo. Cendón no gusta en León, secreto a voces. Pues nada, patada arriba, y a seguir.
Imaginen el escenario de la conversación entre Cendón y Santos Cerdán, factótum dentro del PSOE, en el que el primero, con la venia, solicita el favor de un puesto en la Ejecutiva Federal. El Secretario de Organización ya viene con la cabeza caliente, y es que ha tenido una larga conversación, como no puede ser de otro modo, con José Luis Rodríguez Zapatero, que le ha estado glosando las virtudes de su ahijado político. Que quién mejor, sino él, para desempeñar el cargo de Secretario de Innovación y Universidades, él, un hombre de ese mundo, máster en China, y comprometido con el partido, hijo de militante histórico tan señalado, etc...
Normal que, aburrido, Cerdán haya tragado este sapo y, puesto al habla con la cúpula, hayan decidido promover a nuestro prohombre a más altos destinos.
Esto... Javier, mira, sólo una peguita de nada. Resulta que eres Secretario General Provincial y hay aquí en una esquinita de los Estatutos un artículo, qué ocurrencia, que dice que, siendo cualquier otro cargo orgánico dentro del partido, no puedes postularte a un puesto en la Ejecutiva Federal... Pausa dramática. No, tranquilo, no es una broma que se me acaba de ocurrir. Es verdad, pero también hay una cláusula que dice que la Ejecutiva te puede “excepcionar”. Pues ya está, hecho. A cambio vaciamos la votación de las mociones leonesistas para que hagan el ridículo esa gente tan molesta y punto. Pelillos a la mar.
Nos lo hemos inventado absolutamente todo, pero resulta de lo más verosímil.
Por otro lado, si los congresos del PSOE se organizaran como pretendió el bueno de Luis Tudanca, esto es, desde las bases a la cúpula, o sea, desde congreso provincial a congreso autonómico y por último el federal, a lo mejor no habría que haber excepcionado a Cendón porque ya le habrían dado puerta en León. Claro que habría quedado muy raro un Secretario de Innovación y Universidades en la Federal cuando no lo quieren ni en su casa.
Resumamos, que ya va la cosa un poco larga: Javier Alfonso Cendón fue a Sevilla a cabildear en provecho propio y, de paso, a reírse en la cara de leonesas y leoneses que atisbaron la esperanza de un PSOE virando de verdad y sin ambages a una postura proautonomista.
Saquen ustedes sus consecuencias. Creemos que tanta bajeza, tanto mirarse al ombligo, tanto usar recursos ajenos en beneficio propio, tanto desoir la voluntad de aquellos que te eligen, tanto conspirar para que nunca alcancemos un anhelo justo, siquiera como esperanza, merecen una total reprobación. Por deseos, lógicamente, nos quedamos cortos con la expresión, pero somos de natural pacífico y manso. Dejamos a su elección el castigo que, al menos, debería reflejarse en las urnas.
Una cosa más. Hace pocas fechas le pedíamos a José Luis Rodríguez Zapatero que no nos ayudase más. Nos desdecimos y le pedimos un último favor: en ese último tranvía hacia Olvido te pedimos te acompañe tu ahijado político, siquiera en el estribo. Os pagamos el billete a los dos.