Recordamos que la huelga se inició el pasado domingo 12 de marzo y fue refrendada de forma unánime por la plantilla que rechazó un acuerdo individual firmado por CCOO y la empresa sin consultar previamente con su afiliación.
El acuerdo de eficacia limitada firmado por CCOO contempla el pase de toda la plantilla al convenio provincial y el reconocimiento de los derechos económicos acumulados hasta hoy en un complemento personal congelado de por vida. Los propios afiliados del sindicato han rechazado el acuerdo y tan solo unos pocos eventuales presionados por la empresa y la propia organización lo han firmado por el miedo a que sus contratos no sean renovados tal como se les ha trasladado. Aún así el paro ha sido secundado por el 100% de la plantilla.
Los trabajadores y trabajadoras demandan que la empresa se siente a negociar su convenio colectivo, pendiente de renovarse desde el año 2015, mientras la empresa ofrece como única alternativa el convenio provincial del sector, el más bajo de toda España en cuanto a condiciones laborales se refiere y que además está caducado desde hace varios años.
Lo curioso de esta huelga es la complicidad del ayuntamiento de Ponferrada con la empresa FCC, el alcalde ha defendido públicamente el acuerdo de CCOO en contra de la voluntad de la plantilla que asiste con estupor y vergüenza ajena como desde el ayuntamiento se ponen recursos a disposición de la empresa para minimizar las consecuencias del paro.
Existen fotos de técnicos municipales moviendo contenedores de basura para favorecer su recogida, además se está poniendo al servicio de FCC a personal contratado por el ayuntamiento y se le está permitiendo a la empresa el esquirolaje interno y externo (ambas prácticas prohibidas por la ley) personal de barrido e incluso trabajadores del ayuntamiento haciendo tareas de recogida de residuos.
En una reciente entrevista en la TV local el alcalde acusó a los huelguistas de hacer una huelga política ante el estupor incluso del propio presentador, aunque cabe justificar estas declaraciones en el desconocimiento del problema, ya que desde el ayuntamiento nadie se ha puesto en contacto con la plantilla que ha instalado un campamento a las puertas de las instalaciones de FCC en Ponferrada para conocer de primera mano su problemática.
Las declaraciones del alcalde han encendido los ánimos y provocado el enfado de la plantilla, familiares, amigos y una gran parte de la ciudadanía y esa misma noche hasta 12 contenedores de basura fueron incendiados, aunque tanto desde el Comité de Huelga como de las organizaciones sindicales se condenan de forma tajante estos hechos, al tiempo que piden cordura y responsabilidad al regidor.
La ciudadanía exige soluciones, y una salida al conflicto que pasa por obligar a la empresa a negociar el convenio prorrogado desde el año 2015 y que ahora no quiere ser reconocido para aumentar los beneficios empresariales, ya que de asumir el convenio provincial para toda la plantilla, la empresa se ahorraría una cantidad económica importante del contrato adjudicado el año pasado y cuyos costes fueron calculados en base a las convenio de empresa y no al convenio provincial mucho más beneficioso para FCC.
El Comité de Huelga en representación de la plantilla, ha trasladado en varias ocasiones su disposición a negociar, si es necesario con la mediación del ayuntamiento, antes de iniciar la huelga y de forma constante, sin que haya recibido ninguna respuesta ni desde la empresa ni desde el Ayuntamiento.
La plantilla se mantiene unida y firme después de 10 días de huelga y está dispuesta a mantenerla hasta que la empresa se siente a negociar el convenio de empresa, ni siquiera se ha hablado de incremento salarial o mejoras en las condiciones actuales, pero la línea roja está en mantener las condiciones actuales en su propio convenio como ha sido hasta ahora y el rechazo a que todas las nuevas contrataciones pierdan todos los derechos ganados en el pasado al mismo tiempo que se congelan esos mismos derechos para las personas con antigüedad, lo que supondría además de hecho una especie de doble escala salarial, esto es lo que defienden el ayuntamiento, FCC y CCOO, pero la plantilla rechaza tajantemente.