El continuo crecimiento confirma la efectividad de las medidas de conservación y gestión aplicadas desde 2003.
La Junta de Castilla y León ha publicado los resultados del censo de 2023 del águila imperial ibérica, realizado dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en la comunidad. Según el informe, la especie ha alcanzado un máximo histórico con 160 territorios registrados, frente a los 16 contabilizados entre 1997 y 1999, lo que refleja un crecimiento sostenido en las últimas dos décadas.
Distribución y expansión
Los territorios censados se distribuyen principalmente en las provincias de Segovia (51), Ávila (42) y Valladolid (35), seguidas por Burgos (11), Zamora (10), Salamanca (8) y Palencia (3). Además, el área de distribución de la especie también se ha ampliado significativamente, pasando de 16 cuadrículas UTM de 10x10 km en 1998 a 114 en 2023.
Factores del éxito
El aumento de la población se atribuye a diversas medidas de conservación impulsadas por la Junta desde la aprobación del primer plan de recuperación en 2003. Entre estas destacan:
- Alimentación suplementaria en determinados territorios.
- Corrección de tendidos eléctricos para prevenir colisiones y electrocuciones.
- Gestión forestal sostenible, tanto en montes públicos como privados.
- Recuperación de las poblaciones de conejo silvestre, principal presa del águila, en áreas clave de la cuenca del Duero.
Protección y retos futuros
Aunque el 60 % de los territorios están ubicados en Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Zonas de Especial Conservación (ZEC) o montes gestionados con planificación forestal en vigor, solo el 12,5 % coinciden con las áreas críticas definidas en el plan de 2003. Esto resalta la necesidad de revisar y actualizar estas zonas para adaptarse a la expansión de la especie.
Preferencias de nidificación
En 2023, el 69 % de los nidos se localizaron en pinos (género Pinus), seguidos por álamos (género Populus, 19,5 %). Este dato subraya la importancia de aplicar criterios de gestión sostenible en los bosques para garantizar el hábitat de la especie.
Con estos avances, Castilla y León se consolida como un referente en la recuperación de especies protegidas, mostrando el impacto positivo de las políticas de conservación a largo plazo.
