El poeta castellano, Juan Carlos García Hoyuelos, leonesista convencido y luchador incansable por la defensa de la lengua leonesa y por que el País Leonés tenga su derecho constitucional de convertirse en autonomía propia, se adhiere a la manifestación pro autonomía leonesa que tendrá lugar en la histórica ciudad de León cuando la situación sanitaria lo permita.
A continuación os dejamos su manifiesto reposado y madurado tras muchos años de defensa de las lenguas minoritarias, en especial por aquellas que no han alcanzado la oficialidad en Iberia.
Apoyo incondicionalmente cualquier acto, manifestación, manifiesto y convocatoria que sirva para lograr, de una vez por todas, la autonomía arrebatada al País Leonés.
Me adhiero a la Manifestación convocada por Conceyu País Llionés cuya reivindicación es constituir el País Leonés en una comunidad autónoma. Me considero un leonesista más; y ello no contradice mi castellanismo, ni mucho menos, precisamente pido para los demás lo que demando para Castilla. Es a mi pueblo, el castellano, a quien me dirijo para defender la identidad del País Leonés, uno de los pueblos históricos de Iberia. Lo que pretende la Junta con las provincias leonesas se llama asimilación cultural, borrar con su ruinosa Fundación Villalar, hoy llamada Fundación de Castilla y León (con un presupuesto anual de un millón y medio de euros), en aras a crear “un sentimiento de comunidad”, la historia, lengua y patrimonio cultural que corresponde al País Leonés, el ADN de su razón de ser.
En definitiva, hablando metafóricamente, hibridar atalayas en el tronco leonés, no con el propósito de inventar castellanoleoneses, gentilicio imposible, totalmente estéril, tan absurdo como ser rusoucraniano, lombardoveneciano, gallegoasturiano o catalanoaragonés, sino con la finalidad de alcanzar una meta aún más retorcida: que el fruto a recoger de ese ente tenga tan solo la denominación de castellano.
Para la Junta de la “autonosuya” no existe el pueblo leonés, sus políticas están encaminadas a aniquilarlo culturalmente, a censurar su amplia historia y dejar morir la lengua leonesa. Y no son elucubraciones baladíes, hay tantos ejemplos y evidencias tan irrebatibles que hasta me hace enrojecer de vergüenza. Son los mismos partidos políticos los que aprobaron el Estatuto de Autonomía quienes la incumplen, tanto su Preámbulo, en el cual se reconoce la birregionalidad de la comunidad autónoma de Castilla y León, así como el Artículo 5.2 del Título Preliminar, respecto a la protección, uso y promoción de la lengua leonesa, habiendo sido la Junta de CyL denunciada en varias ocasiones ante el Conejo de Europa por su premeditada dejación.
Si partimos que la autonomía de Castilla y León está compuesta por Castilla y por León, ¿por qué no se les enseña a los niños qué provincias son leonesas y cuáles castellanas?, es más, aprovechando que existe una provincia llamada León, su estrategia es el de confundir, manipular y ocultar, como si todo aquello que no se refiera a la provincia homónima, fuese, por lógica, parte de una Castilla que, dicho sea de paso, ellos mismos, sus partidos políticos, trocearon en cinco trozos; y nada más incierto, las provincias de Zamora y Salamanca SIEMPRE fueron territorio indiscutible del País Leonés, donde además de estar unidas identitariamente a León, pese a los esfuerzos de unos y otros de ir castellanizándolas sistemáticamente (alejarlas de su identidad leonesa viene de muy lejos), eliminando cualquier referencia a sus raíces y acervo histórico-cultural.
No, dejen de mentir, Zamora y Salamanca JAMÁS fueron castellanas, NUNCA. Quede por ejemplo (hay muchos, demasiados) la campaña de la Junta de hacer jurar “por Castilla” a los niños zamoranos en el V Centenario de los Comuneros. O recordemos, por poner un caso más, el anómalo y sospechoso apellido con el cual tiempo atrás bautizaron “de Castilla” a la localidad zamorana de Rionor (Ruidenore en leonés), cuando al menos hasta el año 1936 se la conocía como Rionor a secas y tanto ahí como en la vecina Rio de Honor (Portugal), poblaciones divididas artificialmente en dos estados, se habla un dialecto asturleonés, lamentablemente cuasi desaparecido.
Castilla tiene que apoyar al País Leonés, defender la identidad de este pueblo hermano. El silencio nos hace cómplices, algo inaceptable para cualquier demócrata, para todos los que amamos la diversidad cultural. A los que dicen, “me parece bien que León luche por conservar sus tradiciones, cultura y lengua, pero mejor nos irá a todos unidos en una autonomía que por separado”, les preguntaría, ¿es posible mantener viva tu idiosincrasia en un ente que niega tu hecho diferencial?, y ¿por qué defendéis a la vez la unión de León con Castilla y os negáis en rotundo a que Navarra se una al País Vasco?, cuando hay más argumentos para esta unión, ya que la estirpe de los navarros es indudablemente euskaldun y, por el contrario, los leoneses están más ligados cultural y lingüísticamente a Asturias que a Castilla.
En solidaridad con el País Leonés, en mi próximo libro titulado “La bandera arriada”, poemario dedicado a Castilla, consta de cuatro capítulos, los dos primeros corresponden a la parte poética, el siguiente es una entrevista a la Asociación Socio-Cultural Castilla, y finalmente, el último capítulo recoge varias entrevistas a eruditos leonesistas de León, El Bierzo, Zamora y Salamanca sobre cuantiosos temas de interés, desde aspectos históricos hasta profundizar sobre el patrimonio lingüístico leonés, pasando por los económicos, territoriales y abarcando otros que afianzan los motivos que nos llevan a defender a ultranza la identidad del pueblo leonés.
Sí, muy convencido, apoyo incondicionalmente cualquier acto, manifestación, manifiesto y convocatoria que sirva para lograr, de una vez por todas, la autonomía arrebatada al País Leonés. Gracias a todos los leonesistas en general, y a “Conceyu País Llionés” en particular, por seguir en la lucha, en esa larga y justa lucha que evite el etnocidio de un pueblo milenario, engulléndolo en una “Castilla” que, de llevarse a cabo, no se reconocería así misma. Y sí, he dicho bien, ETNOCIDIO, concepto referido a la destrucción de la cultura de un pueblo. Aunque hoy en día las armas para conseguir esos propósitos, al menos en tierras ibéricas, son más sutiles y sibilinos, por desgracia siguen siendo práctica habitual de políticas que, en complot con diversos medios de comunicación, atacan o neutralizan legítimas reivindicaciones, sean lingüísticas o identitarias. Evitemos pues la desaparición del pueblo del leonés, del País Leonés, de su cultura y su vilipendiada y agónica lengua que comparte con Asturias y la Tierra de Miranda (Portugal), y también, por ser de la misma raíz lingüística, con Extremadura, la que fuera la Extremadura leonesa. Aunque León y Castilla hayan caminado juntos durante largos periodos de su historia, al igual que lo ocurrió con otros pueblos, como el vasco o el gallego, a los castellanos no nos convierte en leoneses, asturianos, gallegos o vascos, ¿verdad?; entonces, ¿por qué ese empecinamiento obsesivo por castellanizar a los leoneses de las tres provincias?
Juan Carlos García Hoyuelos