Conceyu ha presentado una nueva valla en la ciudad de León, ubicada en la Avenida Sáenz de Miera, en la rotonda que hace entrada a La Lastra, desde este soporte, al que ya nos tiene acostumbrados la asociación, "Llama a toda persona o asociación que crea que un futuro mejor para nuestra tierra es posible en una autonomía leonesa, y que ésta revierta nuestra dramática situación, que tras 39 años en la DEScomunidad CyL, nos ha traído a una RUINA económica, sanitaria, social, poblacional e identitaria".
Y recuerdan a la sociedad leonesa la cita del 23 de abril, un paso más en el "CAMINU LA LLIBERTÁ"
El itinerario preparado para el 23 de abril, comienza a las 11:00 h. con la concentración inicial en Botines, a las 11:30h se comenzará la subida por la Calle Ancha hacia la catedral, donde tendrán la concentración, lectura de comunicado y finalización sobre las 13:00h. Les acompañarán gaiteros, dulzaineros, chifla y tamboril. Portarán la macro pancarta de CONCEYU de la manifestación del 17 de febrero del 2020.
"Pedimos que las banderas leonesas lleven un crespón negro por lo que el País Llionés ha sufrido, sufre y si no salimos de CyL sufriremos hasta nuestra desaparición de los libros, de los mapas y de la historia"
Se adhiere: XUNTANZA LLIONESISTA
1. Conceyu País Llionés.
2. Xuníos por un Reinu.
3. Raigañu (Asociación de cultura tradicional leonesa).
4. Lliga Celta País Llionés.
5. Conceyu Xoven.
6. Asociación Cultural Montaña de Vadinia.
7. Xuntanza.
8. Plataforma Pro-Identidad Leonesa.
9. Asociación de Amigos de la Indumentaria Tradicional del Reino de León.
10. Grupo de Danzas Reino de León.
11. Dulzaineros de Surcos del Órbigo.
También se adhieren:
- A.L.I. ( Academic Language Institute)
- Asociación Española de Estudios Hispanounidenses
- Asociación Amigos de la Senda Leopoldo Panero.
- Asociación D-spierta
Para adherirse han habilitado el correo : [email protected].
Compartimos el escrito del poeta castellano pro autonomía leonesa Juan Carlos García Hoyuelos sobre la opinión que le merece el 23 de abril:
En mi opinión tengo muy claro que el 23 de abril no es el Día de Castilla, sino el Día de los Comuneros, que si bien coincido en ensalzar su memoria y valor, Castilla no debe de apropiarse de su legado, ya que esta era una parte más de una Corona que encabezaba su nombre, y lo mismo que hubo comuneros castellanos (la revuelta se hizo más fuerte en las mesetas, tanto en Castilla como en el País Leonés) también hay que destacar a comuneros del País Vasco, del mencionado País Leonés (León, Zamora y Salamanca), Murcia y, en menor medida, Andalucía, territorios que junto a Galicia, Asturias, Extremadura y Canarias formaban parte de la Corona de Castilla. Asociar Castilla propiamente dicha con la Corona de Castilla es un error, a veces por desconocer la verdadera historia, otras con una doble intención; jamás la citada corona fue un ente homogéneo, sino la suma de distintas idiosincrasias. Para mí el Día de Castilla es el 15 de septiembre, fecha que conmemora la primera vez que, documentalmente, en la localidad burgalesa de Taranco de Mena, remontándonos al año 800, aparece escrito la palabra Castilla.
Dicho esto, añadir que es evidente que la comunidad autónoma de Castilla y León se concibió desde patrones franquistas, cuando Martín Villa haciendo caso omiso a la voluntad de sus paisanos leoneses, se decantó por formar como fuese y a toda prisa una comunidad de grandes proporciones que frenara al nacionalismo vasco y catalán.
Sin embargo, esa forzosa unión ha sido a la postre contraproducente para ambos territorios, por una parte Castilla ha visto trocear su territorio, tal vez para siempre, y por otra parte está el segundo actor de este disparate, el País Leonés, un actor con un papel irrelevante en el devenir de esta autonomía, sin duda el gran perjudicado por el centralismo asfixiante de la Junta, culpable de haberlo sumido en la ruina económica, con una tasa de despoblación dantesca (más de 172.000 de habitantes ha perdido desde 1983) y condenado a quedar engullido en la identidad que encabeza la bicomunidad, dado el evidente adoctrinamiento llevado a cabo por la Junta de CyL por castellanizar la autonomía, en detrimento de la historia, cultura y lengua leonesa, ignoradas sistemáticamente.
Lo que podría haber sido una conmemoración reivindicativa tanto para leoneses como para castellanos, el 23 de abril se ha ido transformado a lo largo de estas casi cuatro décadas de esta autonosuya en una fecha a combatir para el País Leonés, que año tras año recuerda el vilipendio a su identidad, un ultraje a su voluntad popular, una fiesta que enaltece a una Castilla luchando por recuperar su libertad contra el absolutismo de Carlos I a la vez que condena al País Leonés a conformarse con ser un apéndice de ese concepto territorial castellano que anhela la Junta y determinados grupos pancastellanistas. La Y copulativa que debiera unir teóricamente en una entidad autonómica a dos pueblos es papel mojado, una quimera, simplemente el primer paso de una asimilación cultural cuyo objetivo es hacer desaparecer cualquier resquicio identitario leonés. Si en el concepto imperialista de Rusia no existe Ucrania, al considerarla como parte de ella, otro tanto ocurre con el País Leonés para los partidarios de una Castilla de las 17 provincias o por aquellos que defienden la unidad cultural de esta autonomía y niegan el hecho diferencial leonés, entre ellos la Junta de CyL.
Si no fuese así, ¿por qué no explicar a los alumnos qué provincias de la comunidad son leonesas y cuáles castellanas?, ¿qué motivo lleva a la Junta en hacer jurar “por Castilla” a los niños y niñas de varios colegios de la ciudad leonesa de Zamora en el V Centenario de los Comuneros?, ¿cuánto tiempo va a seguir incumpliendo la Junta el Estatuto de Autonomía, respecto a su Artículo 5.2 del Preámbulo que dice: “El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación”?...
No es de extrañar que una y otra vez, los sucesivos presidentes de Castilla y León hagan declaraciones tales como “el tema territorial autonómico está cerrado”, pretendiendo minar los ánimos de los leonesistas. Cuanto menos curioso que afirmen eso y no tengan reparos en pactar el Gobierno de la Junta con Vox, precisamente con los que quieren derogar las comunidades autónomas. Aun con todo, el inmovilismo del PP y PSOE en asuntos autonómicos es mezquino, una farsa que no se creen ni ellos, pues una cosa es que intenten alargar cualquier reforma y otra, muy distinta, es que no esté en la agenda de sus futuros programas. Es anecdótico que un estado tan centralista como el francés haya modificado el mapa territorial en 2017, reduciendo regiones y cambiando sus fronteras, y en cambio, un estado autonómico como España niegue sistemáticamente cualquier modificación por muy legítima y mayoritaria que sea entre la población afectada. Hay una lectura fácil a este empecinamiento del estado español en temas territoriales, simplemente está mintiendo.
Por lo tanto, ahora más que nunca el 23 de abril tiene que ser para los leoneses y leonesas un día de lucha y reivindicación por recuperar los derechos históricos del pueblo leonés, su anhelada autonomía, en contraposición a una fiesta que, a partir del día que firmaron la capitulación del País Leonés en 1983, simboliza la imposición de una Junta obsesionada en homogeneizar culturalmente el territorio que ideó un franquista y que desde abril, como de una premonición cumplida se tratase, está de nuevo en manos de los neofranquistas de Vox, quienes gracias al PP de Fernández Mañueco, hijo de un cargo franquista, regirán la Vicepresidencia y tres consejerías, una de ellas la Concejalía de Cultura, desde donde si nadie lo remedia se potenciará una imagen distorsionada de la Castilla de la epopeya, en la cual estará incluido, que no quepa la menor duda, el País Leonés. De hecho, el nuevo consejero de Cultura es Gonzalo Santonja, quien fuera Director General del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua desde 2003 hasta 2021, dependiente de la Junta de Castilla y León, conocido por su empeño en demostrar en sus investigaciones sobre la tauromaquia que el toreo no tiene origen musulmán.
El País Leonés se juega ser o no ser, y por ese contundente motivo desde este año el 23 de abril no basta con NO celebrar el día de la comunidad autónoma ni mostrarse de perfil ante una celebración ajena; hay que llenar las calles de banderas leonesas, de pancartas por la autonomía, de consignas antifascistas, de reivindicaciones y por supuesto de esperanza.
El País Leonés tiene que mostrar su fuerza, el orgullo, el firme paso de que no hay marcha atrás para alcanzar la autonomía.
El 23 de abril toca rugir, que se oiga claramente la voz del País Llionés en el preciso lugar donde se os pretende domesticar.