Este espectáculo destaca, con respecto a aquellos pocos que intentan devolver el teatro a los jóvenes, en que aquí no solo ocupamos la cara visible del escenario, sino que también nuestra presencia radica en la creación dramatúrgica.
La creación textual de En Bucle tiene una naturaleza conjunta, debido a la formación de un equipo de dramaturgia compuesta por cuatro jóvenes en su veintena, quienes planteamos cuáles son nuestras inquietudes reales, nuestra visión del mundo, del lugar que ocupamos y el que desearíamos ocupar, planteamos cuáles son las presiones a las que nos vemos sometido tanto por el resto de la sociedad como por nosotros mismos, nuestras estrategias de supervivencia, nuestra visión acerca del futuro, etc.
La construcción dramatúrgica de la obra es el resultado de un proceso activo y participativo entre los cuatro autores y nuestros diferentes puntos de vista, originando continuas rescrituras de los materiales propuestos, fusionando diferentes ideas para generar una perspectiva poligonal, proponiendo imágenes y símbolos que nos definen como generación... Hasta desembocar finalmente en una dramaturgia, que más allá de establecer un intento de coherencia en torno a cuál es la situación de los jóvenes, lo que verdaderamente se propone es dar voz a un gran abanico de conflictos y preocupaciones a las que nos enfrentamos de forma cotidiana en este trayecto vital en el que nos encontramos.
