El incidente tuvo lugar el pasado 23 de enero, por la mañana, cuando un joven, vestido con chándal y gorra, ingresó a la iglesia con la intención de llevarse algún objeto de valor. Una mujer que se encontraba rezando en los bancos observó al joven manipulando el órgano electrónico en la parte trasera de la parroquia. Ante respuestas poco convincentes al ser cuestionado sobre sus intenciones, la mujer sospechó y, al observar al joven abandonando la parroquia en un patinete, lo fotografió por la espalda y alertó a la Policía Nacional.
El testimonio de la mujer fue esencial para la identificación del joven. Las autoridades constataron que el órgano había sido manipulado y desmontado antes de ser sustraído. Con la descripción proporcionada por la testigo, se logró la plena identificación del sospechoso, cuya vestimenta coincidía con la de un individuo previamente identificado por otro delito, siendo conocido por la policía por su historial de hurtos.
Las fuerzas policiales se dirigieron al domicilio del sospechoso, donde encontraron el objeto sustraído oculto en el portal de la finca. Además, observaron cómo el individuo intentaba huir del lugar al percatarse de la presencia policial. Dada su plena identificación y la Orden de localización y detención, los agentes localizaron al joven días después y lo pusieron a disposición judicial.
La rápida intervención permitió la recuperación del objeto sustraído. La colaboración ciudadana, en este caso representada por la alerta oportuna de la feligresa, fue fundamental para la identificación y localización del autor del hecho. El párroco expresó su agradecimiento a los agentes por su intervención, tanto verbalmente como en el libro de sugerencias de las dependencias policiales.