La calle a la que se dio la ubicación correspondiente con el nombre de Antón de Centenera, enlazaba la Avda Requejo con el Prado Tuerto ("Prao Tuerto"), comenzando detrás de la "Casa del Guardia y/o del Jardinero" situada entre el Instituto Claudio Moyano y un chalet modernista extramuros (que estaba destinado a fines políticos del pasado régimen, en aquellos pasados tiempos).
Tal calle formaba parte, en lo que observamos en aquellos años, de un itinerario o cordel de la trashumancia, por donde pasaban lis rebaños de las ovejas que, viniendo desde la explanada del Campo de Marte (donde entonces tenía lugar las "Ferias de Ganado") y de la Calle Villalpando y Obispo Nieto, llegaban al descansadero del "Praó Tuerto", para seguir su recorrido por La Aldehuela".
En lo que entendíamos que eran, en aquel entonces, vías pecuarias que atravesaban el municipio de Zamora y la propia ciudad, conformando una especie de red de usos ganaderos y/o agrícolas.
En lo que en su momento nos pareció observar, de la noche a la mañana ( por algún proceso que ignoramos), desapareció la nominada calle y hete aquí que, de forma que nos pareció sorpresiva, nos quedamos sin nombre adjudicado para nuestro primer impresor en Zamora, o sea para el nominado Antón de Centenera.
Inopinadamente, en lo que el recuerdo nos alcanza, prodújose "el milagro" y surgió el rebautizamiento, en el callejero zamorano, de, con otra ubicación, la nueva calle dedicada a Antón de Centenera.
Lo cual, de indudable forma, nos alegró en grado sumo.
Tal nueva calle de Antón de Centenera, se situó en lo que, desde nuestra observancia no profesionalizada, fue anteriormente una lindera de perimetración de una existente viña que nos era, de nuestros tiempos infantiles y juveniles, muy conocida.
Tal lindera con el tiempo, en lo que colegimos y queremos recordar, salvo otras explicaciones más y mejor documentadas, se ensanchaba paulatinamente poco a poco, dando paso a una calle, que es donde y al final rebautizaron, tras aquella inicial propuesta que habíamos efectuado al Ayuntamiento de Zamora, con su iniciática signada nominación, a nuestro Antón de Centenera.
De la antigua calle/cordel, en lo que se otea, no queda rastro alguno, salvo la lindera de parte de la tapia enrejada del Instituto Claudio Moyano.
En tal lugar, además de desaparecer la calle en sí misma, también desapareció la Casita del Guardia y/o del Jardinero e igualmente, y a mayores, la fuente pública allí instalada.
La Opinión de Zamora, en su Dominical (3-7-2022), dedica un trascendente e importante artículo, desde nuestra consideración y sostenido criterio, sobre la "imprenta en Zamora", destacando la extraordinaria importancia que supone la actual exposición establecida por la Biblioteca Nacional y su expresa, ¡y directa!, relación con la ciudad leonesa de Zamora.
Nuestro Antón de Centenera constituye un hito muy importante en la historia de la cultura hispánica en general y de la Corona Leonesa en particular. pero además puede suponer, salvo otras explicaciones en contrario, de que se trate del primer impresor de origen hispánico y también, por ende, el primer impresor de toda la Corona Leonesa {en la consideración perimetral de las actuales regiones históricas bi-constitucionales de Extremadura (2), Reino Leonés (3), Galicia (4) y Asturias (1), en sus diez provincias}.
Los tiempos del impresor zamorano Antón de Centenera, son los tiempos del origen moderno de Estado Hispánico de Isabel I de León y Fernando V de Aragón ( el vencedor de la batalla de Peleagonzalo-Toro 2-4-2476 y al que debemos la franja verde de nuestra Seña Bermeja).
Antón de Centenera supone la existencia constatada, de toda la impronta de una acción extraordinaria para su época, de un promotor y emprendedor zamorano, en Regnum Legionensis, que de forma mayestática nos sitúa, a la vez que nos significa, en la memoria integral de nuestros ancestros, en el avanzamiento de los tiempos futuros.
VALORIO 3-7-2022
