La presentación del libro "Arde León. Los incendios en su historia", de José A. Balboa de Paz, tendrá lugar en el
Museo de la Radio el 6 de septiembre a las 19 horas.
El libro "Arde León", bastante "novedoso" en la historiografía española estudia más de trescientos incendios, de los que, aproximadamente, doscientos fueron de pueblos, unas veces como consecuencia de guerras de conquista, por los pueblos que invadieron la provincia (romanos, germanos, musulmanes, portugueses y franceses), y enfrentamientos sociales, civiles o ideológicos (luchas nobiliares, guerra irmandiña, Comunidades, carlismo y Guerra Civil); otras por azar o negligencia debido a las peculiaridades del tipo de poblamiento y vivienda de nuestra provincia.
El resto, en torno a cien, se refiere a los provocados o fortuitos que afectaron a monasterios e iglesias, castillos y palacios, archivos y documentos, fábricas y minas. De estos solo se incluyen los que sufrieron los monasterios de Sahagún (883, 987, 1232, 1675, 1769, 1809, 1835), Espinareda (h. 1270 y 1500), Carracedo (1809), Nogales (1814) o Villoria (1665 y 1986); los palacios de los marqueses de Astorga (1609) y el del obispo (1886), el de Villasinta (1907); la catedral de León (1966); el barrio de San Martín que dio origen a la Plaza Mayor de León (1654 y 1695), por citar algunos.
Por supuesto, también trata los incendios en la industria y forestales, cuyo incremento en los últimos cincuenta años es "evidente y alarmante, signo del cambio climático, pero también de una política que vacía los pueblos y solo se acuerda del monte cuando arde", según expresa su autor, José A. Balboa de Paz.
El libro se inicia con un capítulo en que se analizan las causas de los incendios y de su propagación, y termina con otro en que se estudia la lucha contra el fuego: las traídas de aguas, las ayudas a los afectados, la creación en el siglo XIX de las compañías de seguros y, en relación con la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de León, la puesta en marcha del primer cuerpo de bomberos en la capital en 1833, que sería municipalizado en 1920.
A este siguió en 1954 el de Ponferrada, ubicado en el edificio del Ayuntamiento hasta que, en 1956, pasó a los bajos del Instituto Gil y Carrasco y en 1960, a un local de la calle Ancha. Posteriormente, en 1982, se trasladó a Fuentesnuevas y recientemente se ha construido un nuevo parque de bomberos en Compostilla.
Arde León no solo es un libro sobre los incendios de la provincia, es también una historia de León a través de los incendios, una apasionante historia de León, ya que cada uno de sus capítulos se enmarca en las coordenadas históricas que permiten comprender tales sucesos. No es, por tanto una simple sucesión de hechos tristes, mejor o peor documentados, sino una profunda reflexión de por qué ocurrieron y, en muchos de ellos, de quiénes los provocaron y por qué.
En ese sentido, el libro trasciende la propia historia provincial, pues da algunas claves para entender, desde la perspectiva de tales sucesos, la propia historia de España que, por "desgracia, ha sufrido demasiados incendios".
Para terminar el libro, de 666 páginas, se incluyen los fuegos sufridos por Ponferrada y su municipio. Entre ellos, el de 1622 en que ardió la calle del Paraisín, como refleja el cuadro de Juan de Peñalosa; o el de 1779 en que se quemaron 33 casas y 75 pajares y bodegas. Por esos siglos El Acebo sufrió un incendio en 1645 que afectó a dos terceras partes, y otro en Villanueva de Valdueza, en 1660, que redujo a cenizas casi todo el pueblo. Posteriormente, el de San Cristóbal, de 1849, destruyó la mayor parte de sus casas, y en el de San Esteban de Valdueza, de 1877, solo se salvaron de las llamas 8 casas. El barrio de San Andrés ardió en 1877 y en 1914 ocurría otro tanto en Dehesas. Esto por no hablar de los incendios del patrimonio, por causas en las que no puedo entrar, como el monasterio de Montes (1847), el convento de San Agustín (1835), el colegio pasionista (1931), la antigua iglesia de San Pedro (1936), etc.