La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), se suma al Grupo Operativo PRERIVID, una iniciativa destinada a mejorar la predicción de las necesidades hídricas de los viñedos y garantizar un uso más eficiente del agua en un contexto de creciente escasez hídrica.
Con un presupuesto de 589.371 euros, de los cuales el 80 % provienen de fondos FEADER, el proyecto, que tendrá una duración de cuatro años, se centra en crear una herramienta de riego de precisión que integre datos específicos de cada parcela, incluyendo condiciones meteorológicas, del suelo y de la planta.
La importancia del riego de precisión
España, líder mundial en superficie de viñedo, enfrenta retos climáticos que amenazan la producción vitivinícola, como el aumento de temperaturas y la reducción de precipitaciones. En Castilla y León, donde el viñedo ocupa 84.000 hectáreas, el 95 % bajo figuras de calidad, el uso eficiente del agua es crucial. PRERIVID busca ser una solución al estimar con precisión las necesidades hídricas y proponer estrategias sostenibles que ahorren hasta un 20 % del agua utilizada actualmente.
Desarrollo por etapas y análisis de impacto
El proyecto contempla varias fases. Inicialmente, se instalarán equipos para medir datos climáticos y de humedad del suelo, que serán utilizados para estimar las necesidades hídricas semanales. Posteriormente, se evaluarán prácticas agrícolas que optimicen el consumo de agua, como la aplicación de caolín y cubiertas vegetales, y se implementarán tecnologías como la espectroscopía NIR para monitorizar el estado del viñedo. Finalmente, se analizará el impacto de estas prácticas en la calidad del mosto y el vino, así como en los costes de producción.
Un esfuerzo colaborativo
PRERIVID cuenta con un equipo multidisciplinar que incluye a ITACYL, la Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA), universidades como la de Santiago de Compostela y La Rioja, y entidades tecnológicas y vitivinícolas de varias comunidades autónomas. El proyecto también está respaldado por el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) 2023-2027.
Este esfuerzo busca posicionar al sector vitivinícola como un modelo de sostenibilidad y eficiencia en el uso de recursos, ofreciendo soluciones aplicables a otros cultivos en España y Europa.