El curso escolar ya ha comenzado en los centros públicos y concertados de Castilla y León, pero aún resta un par de semanas para que arranquen las actividades extraescolares. Este hecho, que antes de la pandemia resultaba natural y usual, ahora se convierte en todo un hito, dado que este servicio estuvo prohibido durante todo el curso 2020/21, salvo en lo que se refiere a las actividades deportivas al aire libre durante el último trimestre.
Por lo tanto, si se suman los meses de confinamiento del curso 2019/20, las extraescolares en interiores, entre las que figuran por ejemplo la enseñanza de idiomas, pintura, música o robótica, han estado paradas durante año y medio, algo que jamás había sucedido. Por ello, desde la asociación que representa al sector en Castilla y León (ASAECYL) viven su regreso con mucha ilusión y optimismo.
“Se trata de todo un acontecimiento para nosotros, después de todo lo que hemos luchado para que se autorizaran”, afirman sus portavoces. Esta asociación acordó con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León un protocolo higiénico-sanitario, que fue publicado el pasado mes de julio y que regirá el retorno de estas actividades lúdico-educativas, esenciales para el alumnado de la región. Entre las líneas más importantes, además del uso de mascarillas, geles hidroalcohólicos, distancia de seguridad y otras medidas que rigen en la educación escolar, se reconoce la posibilidad de mezclar alumnos de diferentes grupos de convivencia (burbujas), siempre que se mantenga la distancia entre ellos.
“Decenas de miles de estudiantes se beneficiaban de este servicio antes de la pandemia y esperamos que ahora sean incluso más”, afirman esperanzados desde ASAECYL. Los representantes de la patronal consideran que el hecho de que hayan estado prohibidas puede actuar como impulsor de las extraescolares haciendo que las familias y los propios participantes “las cojan con más ganas”. No obstante, siempre existe un cierto temor a que, después de tanto tiempo sin ellas, las familias hayan buscado otro tipo de recursos y soluciones sin la supervisión y la seguridad que exigen las extraescolares.
Sin embargo, las actividades extraescolares tienen varias singularidades que las diferencia claramente del servicio que se ofrece a nivel puramente privado en otros centros educativos. En primer lugar, su carácter complementario respecto a la educación reglada, en tanto que funcionan como continuadoras de la labor educativa que hacen los profesores en los mismos colegios en los que estas se realizan. Esto provoca una segunda consecuencia, que es el potencial integrador de cara a los propios estudiantes, que siguen con sus propios compañeros en el mismo lugar al que acuden todos los días, con el plus de seguridad que ello implica. Cabe recordar a este respecto que el nivel de contagio e los centros educativos ha estado siempre muy por debajo del nivel del contagio social, incluso en las semanas de mayor incidencia, algo que la propia Junta de Castilla y León ha destacado en numerosas ocasiones.
Por último, el precio de estas actividades es bastante más asequible que aquel al que normalmente se ofertan en otro tipo de instituciones, sin que ello suponga una merma en la calidad, dado que están pensadas para que resulten accesibles a familias con circunstancias económicas muy diversas.
Los miembros de ASAECYL confían en que estos argumentos sirvan para que la gente abrace las extraescolares y permitan la recuperación de un sector que ha sido uno de los más dañados en Castilla y León, con su actividad paralizada durante un período de tiempo muy prolongado y que por fin empieza a ver la luz al final de un túnel demasiado largo.