miércoles. 08.01.2025

En las noches frías del otoño e invierno, las comunidades rurales de León y otras regiones del noroeste español se reunían en torno a un fuego para compartir historias, trabajar en tareas manuales y fortalecer los lazos vecinales. Estas prácticas, conocidas como filandón y calecho, son tradiciones orales que han perdurado como una muestra viva del patrimonio cultural leonés.

El término filandón proviene del latín filum (hilo) y hace referencia al acto de hilar, actividad central de estas reuniones. Mientras las mujeres trabajaban en sus labores, los hombres realizaban tareas manuales y, juntos, compartían relatos que mezclaban realidad, ficción y leyendas locales. La diferencia entre el filandón y el calecho radica en el momento de celebración: el primero tiene lugar después de la cena, mientras que el segundo se desarrolla antes.

Recuperación de una tradición casi perdida
Aunque el filandón estuvo a punto de desaparecer, iniciativas como las impulsadas por escritores leoneses como José María Merino, Luis Mateo Díez y Juan Pedro Aparicio revitalizaron esta práctica. Estos autores llevaron el filandón a escenarios internacionales como Nueva York, Londres y Hong Kong, donde presentaron historias que entretejían lo real y lo imaginado, acercando esta tradición a un público global.

Otro hito clave en su recuperación fue la película “El Filandón” (1984), dirigida por José María Martín Sarmiento. En ella, autores como Merino, Mateo Díez, Julio Llamazares y Antonio Pereira narran historias ambientadas en la ermita del nacimiento del río Boeza, en Fasgar (León).

Persecuciones históricas
Durante siglos, las autoridades eclesiásticas miraron con recelo estas reuniones nocturnas, considerándolas inmorales y peligrosas. Desde el Concilio de Trento (1545-1563), se prohibieron estas prácticas en lugares sagrados y se legisló contra las reuniones de jóvenes de ambos sexos. Documentos históricos de diócesis como las de León y Tuy recogen numerosas disposiciones para evitar lo que se consideraba una amenaza para la moral cristiana.

Reconocimientos culturales
El filandón fue declarado Tesoro del Patrimonio Cultural Inmaterial de España en 2009 y, en 2010, recibió el reconocimiento de Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Castilla y León. Estos hitos subrayan la importancia de preservar y promocionar esta tradición como parte del legado cultural español, con la esperanza de que algún día sea reconocido por la UNESCO.

Hoy, el filandón y el calecho no solo representan una conexión con el pasado, sino también una forma de mantener viva la cultura y la identidad de las comunidades rurales de León y su entorno.

El lunes 20 de enero a las 18:00 h. Madrid acogerá "Filandones Leoneses en la Biblioteca Nacional"

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"Filandones Leoneses en la Biblioteca Nacional"
Los filandones leoneses viajan a la capital el 20 de enero