La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) continúa afectando a las explotaciones de vacuno de la provincia de León, según los últimos datos proporcionados por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León. A día de hoy, 400 explotaciones ganaderas han declarado la presencia de la enfermedad, con resultados positivos confirmados mediante pruebas PCR realizadas por veterinarios oficiales. Este dato supone un aumento del 7,3% en la última semana y afecta al 33% de las 1.200 ganaderías de carne y leche de la provincia.
ASAJA estima que, en promedio, el 3% del censo de animales en las explotaciones afectadas ha fallecido, lo que equivaldría a unas 1.100 bajas. Sin embargo, no en todas las explotaciones se han registrado pérdidas, ya que una de cada cuatro no ha reportado bajas. Más allá de los fallecimientos, las mayores pérdidas económicas provienen de los problemas reproductivos, mala recuperación de los animales, y el coste de los tratamientos veterinarios.
La Consejería de Agricultura y Ganadería ha aprobado una línea de ayudas que ha beneficiado a 361 explotaciones de León, con un importe total de 658.000 euros, compensando a los ganaderos por la muerte de 900 animales. Las ayudas, vigentes para el periodo entre el 26 de junio y el 16 de octubre de 2024, incluyen cuantías fijas por explotación (entre 500 y 1.000 euros) y 500 euros por animal fallecido. No obstante, ASAJA ha denunciado errores en la gestión que han dejado fuera a algunos ganaderos que tienen derecho al pago, y espera que la administración subsane estas incidencias en próximas remesas.
Por otro lado, ASAJA ha recomendado el uso de la vacuna contra la EHE, que, aunque considerada una herramienta eficaz para combatir la enfermedad, no ha logrado generalizarse debido a su llegada tardía al mercado tras el inicio del periodo de infestación, causado por mosquitos del género Culicoides.
El sector ganadero de León afronta este brote con preocupación por las pérdidas económicas y los retos sanitarios, mientras se espera una solución que permita frenar la propagación y mitigar los efectos de la enfermedad.