El miércoles día 6 de julio, saltaron las alarmas en el pueblo leonés de La Milla del Páramo, personal de una empresa provistos de maquinaria pesada, realizó unas catas de tierra en el paraje conocido como “las huertas de abajo”.
Ante este hecho, los vecinos rápidamente se movilizaron personándose ante estos operarios, los cuales les trasladaron que todo era legal y que si había algún problema llamaran a la Guardia Civil.
En la tarde del sábado día 9 de julio y tras una reunión, se acordó la creación de una plataforma y la movilización a fin de recabar la mayor cantidad de información posible sobre el tema.
En los días sucesivos y tras las diversas indagaciones por parte de diferentes vecinos, se empieza a esclarecer la situación real y que no es otra que la instalación de una explotación fotovoltaica en dichas huertas, con el objeto de suministrar energía eléctrica durante los meses de verano, a las bombas de riego de las nuevas instalaciones que se están construyendo unos kilómetros canal abajo.
Llama la atención el oscurantismo y opacidad con la que se ha llevado a cabo todo este proceso, por parte de todas las instituciones públicas implicadas en este proyecto, lo cierto es que si bien algún vecino reconoce haber oído algo, la gran mayoría lo desconocía por completo, es más, en las diferentes charlas explicativas de lo que supondría la instalación del nuevo sistema de riego y la concentración parcelaria, por parte del ITACyL (Instituto Tecnológico Agracio de CyL), en todas estas charlas dejaron claro que dado el poco valor de este terreno para explotación agrícola, quedaría como “terreno expropiado para zona verde”
Por otra parte, lo que resulta más sorprendente de toda esta historia, es que una entidad tan “exquisita” e “implacable” como la Consejería de Medio Ambiente de la JCyL, capaz de sancionar con mucha dureza el mero hecho de talar un sólo árbol o causar un daño a cualquier especie animal, presuntamente se muestre a favor y no ponga ninguna objeción en el “Informe de Impacto Medioambiental”, dando su visto bueno a la total destrucción de un paraje con tan alto valor ecológico.
Una fuente en la zona que quieren destruir cuya antigüedad se remontaría como mínimo al siglo XVII. Existen Ordenanzas Concejiles del año 1702 en las cuales se recogían la facenderas para acondicionar la Fuente, siendo convocados los vecinos a son de campana.
Y es que estamos hablando de un entorno de entre 20 y 25 Hectáreas situado al lado del pueblo y separado del mismo por el Canal del Páramo, posee una frondosa vegetación con la mayoría de árboles superando los 70 años y muchos de ellos centenarios, que son el habitad natural de muchísimas especies animales, donde viven y crían año tras año. Según un experto lugareño más de 2000 especies animales, varias de ellas muy difíciles de ver en otros entornos.
Se pretende dejar claro, que esto no es ningún stop al progreso ni nada parecido, hay constancia que había encima de la mesa proyectos alternativos pensados en evitar esta situación, que consistía en la instalación de las placas en las balsas y a lo largo del canal y que fueron desechados aún contando con tres ventajas fundamentales a juicio del equipo que lo presentó:
1º Evitar el daño a la naturaleza.
2º No ocupar zonas de terreno nuevas.
3º (Muy importante) La refrigeración de las placas al estar justo encima del agua.
Desde la Milla del Páramo, invitamos a todas las personas que lo deseen, a visitar este pueblo y comprobar por sí mismas, la magnitud de la “atrocidad” que se pretende llevar a cabo, así mismo, lanzamos un SOS a toda organización ecologista, animalista o de cualquier otra índole, que pueda ayudar a detener esta “aberración” y así evitar la desaparición de un paraje “Amazónico”, único en medio del Páramo.
Están recopilando firmas con la plataforma ciudadana "Salvemos la Zona Verde de La Milla del Páramo", cada persona debe firmar en las 3 hojas para cada uno de los organismos (Ayuntamiento, JCyL, Comunidad de Regantes).
