Este esfuerzo, que tiene como objetivo no solo preservar la raza sino también potenciar su economía, se considera crucial para la conservación de la dehesa y la fijación de población en zonas rurales.
El vacuno bravo, aunque poco conocido por el gran público, representa un sistema de producción sostenible y ofrece una carne de alta calidad. Reconociendo la importancia de este sector, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), ha establecido una colaboración con la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTR) para lanzar el proyecto 'Innobravo'. Este programa busca impulsar la difusión y valorización de la carne de vacuno bravo.
La ganadería de vacuno bravo, caracterizada por un sistema de producción 100 % extensivo y una alimentación natural, es fundamental para el mantenimiento de la dehesa, un ecosistema único en la región. A pesar de la calidad de la carne de estos animales, el mercado no la valora en su justa medida, y su precio es generalmente bajo en comparación con otras razas. Además, los puntos de venta que ofrecen este producto son aún escasos, lo que limita su presencia en la dieta diaria de los consumidores.
Para revertir esta situación, Itacyl está colaborando con la Escuela Internacional de Cocina en el desarrollo y divulgación de recetas innovadoras, con el objetivo de captar el interés de la hostelería y la restauración hacia este producto y fomentar su incorporación en los menús.
En términos de cifras, Castilla y León es la segunda región productora de vacuno bravo a nivel mundial, con 167 ganaderías que albergan cerca de 37.000 animales, lo que representa el 20 % del total nacional. Sin embargo, el censo total de animales de esta raza ha disminuido un 21 % en la última década, reflejando la necesidad urgente de implementar un plan de actuación que identifique los problemas del sector y plantee soluciones para garantizar su viabilidad a largo plazo
