Un año más las calles de Astorga se han llenado de un batiburrillo de personajes llegados desde distintos puntos geográficos. Desde hace ya 43 años, Astorga celebra su afamado Sábado de Piñata. Fue allá en el año 1981 cuando un grupo de aficionados astorganos al carnaval se les ocurrió celebrar este día, que con el paso de los años se ha convertido en el referente del Carnaval en nuestra provincia.
En el desfile de ayer participaron 19 carrozas y 48 grupos venidos de León, Benavente, Coyanza, Veguellina de Órbigo, Santa María del Páramo, La Cepeda, Matarrosa del Sil, La Granja, Chozas, La Bañeza,… además de los grupos locales.
La imaginación, el jolgorio y la música se apoderó de las calles de la bonita Astorga cuyas aceras mostraban un lleno hasta los topes de público que no dejó de aplaudir al paso de las carrozas.
Ayer en Astorga se citaron emisarios de Cleopatra llegados desde el lejano Egipto, con salvajes indios de tribus indómitas (quizás Apaches, Cheyennes o Navajos), también con fauna representada en pavos reales y gatos, unas laboriosas costureras dispuestas a remendar cualquier descosido, las chicas de Eva Nasarre de la vecina Cepeda con sus looks ochenteros no dejaron indiferente a nadie con sus clases de aerobic, ni tampoco la excelente coreografía de Manma Mía, una novedosa Caperucita Roja a caballo dispuesta a huir al galope del malvado lobo feroz, el Rocío andaluz se dejó sentir más allá del sur, los arlequines que no pueden faltar en un carnaval que se preste, majorets, mamás Chicho,…
Después del desfile la ciudad explotó en pura fiesta con el epicentro en la Plaza Mayor. El ambiente festivo y divertido se alargó, como mandan los cánones, hasta más allá de las luces del alba.
Todos los participantes con su buen humor y su paciencia fueron ganadores del Sábado de Piñata.
Nunca volveré a ir sin disfrazarme.