Durante el evento, al que también asistieron representantes de Portugal como Joaquim Marqueiro, Orlando Coutinho y Francisco Augusto Alves de Moura, Carmen Quintanilla destacó la doble discriminación socio-laboral que sufren las mujeres en el medio rural. Señaló que dos de cada tres personas que abandonan el campo para buscar trabajo en las ciudades son mujeres que desean conciliar su vida personal y familiar con su empleo, pero se encuentran con la falta de infraestructuras y servicios como principales obstáculos para el empleo femenino rural.
Por su parte, Claudia Ibáñez, quien regresó al pueblo donde creció después de adquirir una formación adecuada, destacó la calidad de vida que ofrece el medio rural y la importancia de que los jóvenes regresen a sus pueblos para construir desde allí. Explicó que muchas veces los jóvenes no vuelven debido a la falta de oportunidades percibidas, a pesar de que muchas empresas rurales no encuentran el talento profesional necesario en áreas como la agricultura, el turismo y diversas disciplinas.
Carmen Quintanilla también hizo referencia a las barreras que enfrentan las mujeres rurales, quienes a menudo asumen responsabilidades de cuidado de mayores, educación de sus hijos y colaboración en explotaciones agrarias. La falta de guarderías y centros para menores dificulta su acceso al empleo y la conciliación laboral.
Claudia Ibáñez resaltó la vulnerabilidad de las mujeres rurales, muchas de las cuales nunca han tenido oportunidades de formación ni acceso a la vida que desean. Subrayó la importancia de no perder el valioso capital humano femenino y destacó el potencial de las mujeres para revitalizar los pueblos a través de proyectos de emprendimiento e innovación.
AFAMMER se ha comprometido a abordar estas problemáticas y promover medidas que fomenten la igualdad de oportunidades y el desarrollo sostenible en el medio rural.
