Así, una izquierda desnortada y sucursalista apoyará el próximo sábado, día 25, el nacimiento de ese ente surgido del ideario de un franquista, Rodolfo Martín Villa, que tantos problemas ha venido causando a las tierras leonesas y a sus gentes.
¿De qué se pueden alegrar sindicatos y grupos de izquierdas celebrando los 40 años de autonomía con Castilla, tras la ruina económica, social, poblacional, sanitaria, identitaria e histórica que ha acarreado a León? ¡Nada que celebrar y mucho que lamentar!
Estamos de acuerdo en luchar contra la extrema derecha que ahora gobierna desde Valladolid, y buscar que se vayan, pero la equivocación es enorme y propia de alguien ciertamente ´desnortado´ ya que la democracia es imposible defenderla apoyando precisamente una autonomía de origen postfranquista, creada en contra de los intereses de León y de los castellanos, como todo el mundo sabe y ha podido leer repetidamente y en múltiples y diferentes publicaciones.
¿Cómo pueden el señor Luis Tudanca y el señor Pablo Fernández ir a Valladolid a apoyar expresamente una autonomía que siempre agrede una y otra vez a sus convecinos leoneses? Sólo oficiando como verdaderos sucursalistas de sus partidos de Valladolid y de Madrid se puede encontrar alguna explicación al tema.
Conceyu considera importante denunciar y luchar contra ´los envites que la extrema derecha utiliza para desvirtuar y abatir el sistema democrático del estado español´, como expresan en su comunicado, pero lo que no es de recibo, bajo ningún concepto, es que esto se lleve a cabo arrodillándose y besando el rancio Estatuto de Autonomía de Castilla y León, que precisamente es un ejemplo de imposición antidemocrática sobre los leoneses y leonesas, quienes lo rechazaron en todo momento y que sigue impidiendo nuestro desarrollo en favor de una autonomía propia, en un proceso que aún sigue abierto.
Todo un escándalo que, después de que desde CC.OO. de Valladolid se fulminara al secretario general de León por defender su tierra, apoyen un Estatuto de autonomía que, precisamente, está esclavizando a León desde hace 40 años. Un ente que echó raíces en Valladolid, sin permiso de nadie, y que nos está chupando la sangre continuamente a los leoneses, con despoblación, engaños, traiciones y abandono a golpe de desidia y mala fe a partes iguales, no merece ningún tipo de homenaje ni celebración./