Vivimos unos momentos en nuestra sociedad realmente preocupantes, dentro y fuera de nuestras fronteras: Las relaciones políticas evidencian crispación con discusiones fuera de tono en las tribunas, los medios de comunicación, en especial la televisión, evidencian agresividad y falta de respeto entre los tertulianos, potencias militares invaden países vecinos, sistemas sanitarios y educativos deficientes, corrupción política y pobreza. No faltan pues motivos para la preocupación y el desasosiego.
¿Qué paralelismo encontramos entre lo que ocurre fuera de nosotros y lo que sucede en nuestro interior? Qué duda cabe que lo que vemos a nuestro alrededor influye en nuestro estado de ánimo, en lo que esperamos de la vida, en el futuro que imaginamos. Sin embargo, tendemos a olvidar que esa influencia es de ida y vuelta, que nuestra forma de estar en el mundo y de sentir también influye en nuestro entorno.
¿Cuánto tiempo nos dedicamos a nosotros mismos? ¿Nos conocemos de verdad? ¿Sabemos qué hay detrás de nuestras reacciones y comportamientos? ¿Nuestra forma de pensar nos hace infelices? ¿Hemos aprendido a perdonar y liberarnos de las ataduras de los rencores pasados?
Estar en equilibrio con nosotros mismos supone partir de una base sólida y segura sobre la que poder construir nuestras relaciones con el mundo, empezando por unas relaciones sanas y enriquecedoras con las personas con las que nos desenvolvemos en nuestro día a día, y también participando en nuestra comunidad para hacerla más habitable, más justa y solidaria. ¿Qué ocurriría si cada persona dedicase ese tiempo del que hablamos a “poner en orden sus propios cajones”? ¿Cuántos problemas sociales dejarían de existir?
En el Teléfono de la Esperanza sabemos bien los beneficios de la autoexploración y el trabajo personal tanto para el bienestar de la propia persona, como para construir una sociedad mejor. Lo aplicamos a nuestra propia filosofía de trabajo, muestra de ello es que nuestro voluntariado dedica un periodo de la formación inicial a su propio crecimiento personal, a poner orden en esos cajones de los que hablábamos, antes de intentar ayudar a otras personas. Durante aproximadamente cinco meses, los futuros voluntarios y voluntarias realizan este trabajo hacia dentro, a través de los dos módulos del curso de desarrollo personal.
Más allá del voluntariado, también organizamos cursos y talleres para acompañar en procesos similares a cualquier persona que quiera dedicarse ese tiempo y trabajo a su autoconocimiento y aceptación.
Un momento de crisis personal puede ser una oportunidad para parar y darnos ese tiempo que todas las personas necesitamos pero que no siempre nos dedicamos inmersos en prisas del día a día. Con la ayuda adecuada, podemos conseguir ese deseo de mejorar que todo ser humano lleva dentro.
Por todo el 27 de marzo hemos escogido como lema del Día de la Escucha “EscúchaTE”, con esas dos letras finales en mayúsculas, letras que hacen hincapié en ti y al mismo tiempo letras que también nos representan: Teléfono de la Esperanza, porque queremos ofrecerte nuestro apoyo y recursos en tu proceso de crecimiento.
Para celebrar este día, en León tendrá lugar una Jornada de puertas abiertas en la que os invitamos a conocernos mediante charlas, talleres, concursos y muchas actividades.
- Visitas guiadas al Teléfono
- Concurso de microrrelatos
- Photocall
- Sala de experiencias sensoriales
- Meditación guiada
- Taller de pensamiento positivo/diálogo interior
- Dinámicas
Charla: ¿Cómo hacer TE voluntario del Teléfono de la Esperanza?